SEGUNDA OPORTUNIDAD- Capítulo 7º / VUELTA A CASA
Por fin Londres. El viaje había llegado a su fin. Era muy tarde para emprender viaje a Bath por lo que decidieron pasarían la noche en el apartamento de Jack y al día siguiente reemprenderían el final de su periplo. Llegaron cansados y enc argaron por teléfono una pizza para cenar, aunque no tenían demasiado apetito. Hablaban poco y ambos estaban serios, cansados.
A la mañana siguiente después de desayunar tomaron el coche y en un par de horas estaban de regreso a casa. Jack dejó en la suya a Lissy, para a continuación ir a buscar a buscar a Poppy que había permanecido en casa de Tom y Therry. Volvió a casa de Lissy, pues le costaba despedirse de ella.
--Lissy ¿necesitas algo?
--No, todo está bien Jack ¿ por qué lo preguntas?
--Si no me necesitas regresaré mañana a Londres. Recuerda que tengo que presentar los relatos
--Si, desde luego. Perdona se me había olvidado inmersa en mis propias preocupaciones. Te deseo una inmensa suerte. Tienes que recuperar tu público, pero no dejes de escribir, por favor. No hemos hablado casi nada en estos días y sé que tengo una conversación pendiente contigo, no lo he olvidado, pero todavía no es el tiempo.
--Claro, lo entiendo y no te preocupes. Tardaremos en vernos, pero te llamaré a menudo ¿de acuerdo? Si me necesitas llámame y vendré a tu lado. Bueno pues me despido porque mañana quiero salir de aquí en las primeras horas y tú seguro estarás durmiendo. Prométeme que vas a cuidarte; aún te quedan vacaciones, descansa.
Jack la abrazó y le dió un beso en la frente. Tardaría mucho tiempo en verla. Ella seguía pensando en Matt y él debía alejarse. No le había insinuado absolutamente nada porque creia que ella debía superar definitivamente todo lo que le había tocado vivir. Esperaría, tenía todo el tiempo del mundo. Se dedicaría a escribir. Vertería en los libros el cúmulo de sentimientos y experiencias que había vivido. Ella le vió marcharse despacio, andando por la carretera , y de nuevo volvió a sentir las palabras de Matt "mira a tu alrededor".Cerró la puerta tras de si y paseó la mirada por la habitación. No tenía ganas de hacer nada. Iría a casa de sus amigos.
Jack comenzó a recoger sus cosas. Lo dejaría todo preparado para al día siguiente partir lo más pronto posible. Deseaba salir de allí del que hasta ahora había sido su hogar, pero estaba ella y le faltaba el aire cada vez que la recordaba. Llamó a la señora encargada de mantener la limpieza y le dió instrucciones de que dejara vacío el frigorífico , puesto que tardaría en volver, y que cubriera los muebles con una sábana.
Y llegó a su hogar de Londres con Poppy en el asiento trasero. Lo habían cuidado sus amigos mientras ellos estaban en Africa, y demostraba su alegría por volver de nuevo a su antiguo hogar.
Entraron en casa y Jack se derrumbó en su sillón preferido con el perro a su lado. Una idea le bullía en la cabeza: empezar de cero. Y el comienzo era deshacerse de aquella casa que había compartido c on Cristal; ella estaría siempre en su vida, pero si quería llegar a algo con Lissy, debería empezar por irse a vivir a otro lugar. Aún era temprano, así que cogió a Poppy nuevamente y se dirigió hacia una inmobiliaria para que se encargaran de vender su apartamento y consiguieran una nueva vivienda. Eligió Myfair, era un barrio señorial, tranquilo, bonito y podía permitírselo, así que dejó sus datos en las oficinas para que le buscasen algo que se acomodase a sus deseos.
Después se dirigió a la editorial para ponerse de acuerdo con el editor y empezar la tourneé de la presentación de sus relatos.
--Me alegro de que estés de regreso, le dijo el editor. Podemos comenzar la semana próxima. En primer lugar ciudades no muy grandes para finalizar en Londres ¿te parece?
--Correcto, me parece bien. ¿El martes?
--Estupendo, el martes. ¿Comemos juntos?
--Si claro, encantado
Cuando llegó a casa ya eran pasadas las cinco de la tarde. Se preparó un té y mientras lo bebía marcó el número de Lissy
--Hola ¿cómo estás?
--Bien, bien. Creí que no me llamarías
--¿ Por qué no?
--No sé. Te echo mucho de menos¿Qué tal va todo?
--Muy bien. El martes comenzamos la gira. Voy a vender este apartamento. Viviré en Myfair, ya me lo están buscando
--¿Qué me dices? Eso si que es pasar página...
--Si, y no creas que no lo he pensado. Me ha costado mucho llegar a esa conclusión pero creo que era necesario.Voy a escribir de nuevo. Tengo que seguir con mi vida.¿Y tú ?
--Dame tiempo, poco a poco. Todavía tengo que asimilar nuestro paso reciente por Africa.
--Ya. Bueno no sé cuando podré volver a contactar contigo.
--Bueno, irás a dormir a algún hotel. No vas a estar todo el día presentando libros...
--Ja,ja. Claro, tienes razón
--Bueno, pues llámame sea la hora que sea. Echo de menos tu compañía, tu protección, tu cariño...
Lissy no pudo c ontener su emoción y rompió a llorar
--Eh ¿ qué ocurre?. Lissy, tienes que superar esa depresión. Matt no va a volver y no le gustaría verte así.Mira a tu alrededor, estás rodeada de cosas bellas, de buenos amigos que te quieren y quién sabe si entre ellos encontrarás...
--¿Qué quieres decir?
--Pues que si sales, acudes a conciertos, tienes amigos... entre ellos puede que encuentres al hombre de tu vida. Las cosas ocurren cuando menos te lo esperas
--Tienes razón, pero es que me da tanta pena...Yo viva, buscando un nuevo horizonte , y él sepultado en una tierra a la que adoró y lejos del lugar que le vió nacer
--Pero él eligió su camino. Decidió vivir allí y allí vivió el amor de su vida. Le amaste profundamente, le hiciste feliz, pero ya no está. No te sientas culpable de nada, porque no lo eres. Te lo digo por experiencia; yo viví en un infierno durante mucho tiem po, hasta que de nuevo el amor llamó a mi puerta
--¡¡¡ Jack !!! ¿ cómo no me has dicho nada? He sido muy egoista. Te he robado el tiempo de estar al lado de la mujer que amas, perdóname. No me di cuenta y ahora ella estará de uñas conmigo. ¡ Oh Dios mio ! ¿cómo he podido ser tan torpe !
--No, no. Ella ni siquiera lo sabe, es mi secreto
--¿No la has dicho que la amas?
--No. Ella está enamorada de otro hombre. Es de esos amores imposib les que alguna vez se cruzan en tu camino, ya ves.
--Jack, ¡ cómo lo siento! Díselo, quizás ella lo esté esperando. Eres tan bueno, tan generoso...
Un gran silencio se produjo entre los dos. Era increible que Lissy no se diera por aludida. No tenía ni la más mínima esperanza de que ella se enamorara de él. Decidió cortar la conversación antes de que fuera más dolorosa.
--Bueno, mañana te llamo. Cuídate y sal, no te encierres en casa. Cuando tenga el apartamento tendrás que venir a conocerlo
--Por supuesto, con eso ya contaba. Cuídate Jack. Hasta mañana
--Hasta mañana, querida
Jack colgó el teléfono lentamente sin dejar de mirarlo. Estaba triste. ¡ Hubiera sido tan fácil contarle que la mujer de sus sueños es ella !, pero aún no está preparada. El fantasma de Matt flotaba entre los dos.
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Acariciaba la cabeza de Poppy su gran amigo y compañero. El perro le miraba como si comprendiera la inmensa tristeza que de nuevo veia reflejada en el rostro de su amo. Con su rabito en movimiento quería expresarle que él le amaba y que siempre estaría a su lado. Jack, como si comprendiera lo que el animal quería decirle, le sonreia y cogiendo su cabeza entre las manos, le dijo
--Vamos chico. Tu no me falles. Y ahora tranquilo; tengo muchas cosas que hacer
Habían pasado un par de días cuando la inmobiliaria le avisó que iría el agente a visitar el apartamento, pues tenian un posible comprador y al tiempo tenian otro por si le gustaba. Quedó de acuerdo en visitar el apartamento y hasta allí se dirigió.
La vivienda era espaciosa, cómoda y bonita, en el lugar que él deseaba. Tenía un gran ventanal en la habitación en la que instalaría su estudio. Mentalmente había hecho la distribución, y aceptó la compra del apartamento. La mudanza la realizaría de inmediato. Tuvo la suerte de que los visitantes y posibles compradores, quedaron satisfechos y en ambos casos se realizaron las transaciones de conformidad.
Jack instalado ya en su nueva vivienda pudo disfrutar de ella apenas un día, puesto que era lunes y al día siguiente comenzarían las presentaciones. No obstante, estaba contento c on el cambio y se dispuso a llamar a Lissy para despedirse de ella, pues no sabía cuando la podría llamar.
Las presentaciones eran todo un éxito. El público no se había olvidado de él y los relatos eran muy del gusto de las féminas. Eran románticos, y lo que no sabían es que eran retazos de su propia vida, que todo lo narrado en el libro eran sus propias viviencias. En la portada se entremezclaban varias imágenes de los personajes protagonistas de la narración, entre ellas a modo de collage los rostros de Cristal, Lissy y el suyo propio como fondo . Estaba satisfecho y el asistente que le acompañaba en la gira daba cuenta día a día de los éxitos alcanzados en cada ciudad. Michael Strauss estaba satisfecho, sabía que no se equivocaba con Jack: le había recuperado.
La distancia había favorecido su ánimo que por otra parte no le dejaba mucho tiempo para pensar en nada que no fuera la firma de libros. Cuando a solas se quedaba en el hotel, después de hablar con Lissy, trazaba algunos detalles para su próximo libro. Iba emborronando páginas con apuntes que luego plasmaría en el ordenador hasta formar su novela. A propósito había ido distanciando la comunicación con ella. No quería abrumarla y él también necesitaba un respiro, pues el escuchar su voz le inquietaba siempre que la oia.
Por fín la gira concluyó en Londres como habían planeado en una de las más prestigiosas librerias de la ciudad. Era un honor que Strauss le había guardado en compensación a los pingües beneficios que había obtenido con la venta de los relatos. El último día, agotado , rechazó la invitación a cenar del editor. Deseaba por fín estar en su casa, disfrutar de ella y terminar de colocar los objetos sin importancia que aún guardaba en una caja al no poder colocarlos antes de su gira.
Se sirvió un whisky y poco a poco fué desembalando los objetos. De pronto se acordó que en todos esos días ausente, nadie había mirado su buzón de correo. Lo dejó todo y fué a abrirlo. Había pocas cartas puesto que aún muy pocas personas conocian su nuevo domicilio
--Mañana me tendré que acercar al Apartado de Correos. Seguro que alguna carta ha ido a mi antigua casa, y las habrán devuelto.
Entre la correspondencia, encontró un sobre con letra muy conoc ida por él. Lissy le había escrito.
--¿ Por qué ? había hablado con ella cuan do llegó a Lon dres y no le había comentado nada. ¡ Qué extraño !
Con curiosidad, dejó las otras , que eran de sus amigos, encima de una mesita y procedió a rasgar el sobre de la de Lissy, pero no era una carta de ella,
Comenzó su lectura...
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No comprendía porqué tenía esa carta entre sus manos que sin duda no iba dirigida a él, pero comenzó a leerla pausadamente. Habría alguna razón para que Lissy se la enviara
" Mi queridísima Lissy ":
Si lees esta carta significará que ya no estoy a tu lado ...
--¡ Matt !... Es la carta que la escribiste antes de tu partida. ¿Por qué me la envía ?
Hacía tiempo que no veía a Lissy, pero la seguía añorando. Decidió hablar con ella a ver si las piezas del puzzle encajaban, porque no entendía nada.
--¿ Lissy ? ¿cómo estás ?
--Jack qué bien que me llamas ¿ Estás bien ?
--Si, si. Oye en el buzón tenía una carta que me has enviado, pero es una personal tuya que Matt...
--Si, si. Te la envié porque ahora si estoy preparada. Te dije que cuando pasara un tiempo te contaría lo que Matt escribió la víspera de su marcha, pues bien, he pensado que mejor la leyeras. Me gustaría verte, pero este fin de semana no podré ir hasta Londres, tengo turno de noche. Será la semana próxima en que tengo tres días libres. Arregla la c asa, pònla bonita porque te sacaré todos los fallos que tengas. Dijo ella riendo
--Naturalmente ¿Crees que la tengo hecha una pocilga ?Está preciosa, te va a encantar. Pero dime ¿ no me puedes adelantar algo de lo que quieres contarme ?. Me tienes en ascuas
-- No Jack, te lo tengo que contar en persona y espero que no sea tarde
--Tarde ¿para qué ? Me preocupas ¿te ocurre algo ?
--No, no, todo está bien, espero ...
--Bueno, pues si no hay más remedio, esperaré hasta que llegues. ¿Cómo vendrás ?
--En autobús. En el primero que salga. Te llamaré antes de partir. ¿ Vendrás a buscarme ?
--¿Lo dudas ? naturalmente que iré. Bueno pues me avisas. Cuídate
--Lo mismo. Adiós
No tenía ni idea de lo que aquello significaba. Quizás fuera la conversación pendiente que tenían desde su estancia en Africa.
--Seguro, se trata de eso.
Siguió con lo que estaba haciendo y al concluir de ordenar las cosas, cogió el collar de Poppy para sacarle a dar una vuelta
Tal y como habían quedado Jack estaba en la estación de autobuses cuando el que traia a Lissy llegaba.
-- Lissy, Lissy
Jack llamaba a la muchacha que miraba a un lado y a otro buscando a su amigo. Se fundieron en un largo abrazo.
--¡ Dios, cuánto tiempo ha pasado !
--Si, una eternidad, respondió ella. Pero déjame ver cómo estás
Jack había adelgazado un poco. Unas incipientes arrugas en la frente se le marcaban y tenían sus ojos, siempre brillantes, una mirada algo apagada.
--Sin duda el trabajo le tiene agotado, pensó Lissy para sus adentros.
--Bueno, cuéntame lo que has hecho durante este tiempo que no haya sido hincharte a firmar libros
--Pues eso, firmas y firmas, pero estoy muy satisfecho. Mis lectores poco a poco vuelven a confiar en mi, y el libro nuevo ya va muy avanzado
--¡ Estupendo ! y dime una cosa ¿ te has decidido ya ? ¿ se lo dijiste ?
Caminaban cogidos por la cintura contentos de estar nuevamente juntos. Entraron en el coche de Jack y se encaminaron hacia la casa. Jack había preparado una comida especial con uno de esos platos que a ella le encantaba. Antes de salir había preparado la mesa y ella le dió las gracias satisfecha por las flores y los arreglos de la mesa
--Decirle ¿ qué, a quién ?
--¡ Cielo santo ! Me dijiste que te habías enamorado pero que ella no lo sabía
--¡ Ah, eso ! Pues no, todo sigue igual
-- Tienes que contármelo todo
--¡ Vaya ! Es toda una mansión. ¡Jack, es preciosa
--Ven te la enseñaré. Mira esta es tu habitac ión. Enfrente está la mia y aquella de allí es mi estudio de trabajo. Aquí un saloncito, la cocina, y ya está
--Para ti solo está muy bien.
Poppy daba vueltas alrededor de Lissy y de Jack, contento y dando saltos. Ella se instaló en su habitación y al cabo de un rato salió hacia el salón principal en donde Jack había instalado la televisión. No había traido mucho equipaje, de manera que tardó poco en colocar sus enseres en el armario.
--¿ Quieres un vermuth ?, le dijo Jack
--Si, con un poquito de Ginebra, no mucha
Ambos rieron y ella se sentó al lado de Jack. Comenzó a hablar y poco a poco la charla derivó hacia la carta.
--Quería que supieras lo que en ella me decía. Te conté el sueño extraño que tuve aquella noche y que a lo largo del tiempo se ha repetido. Me desazona, no sé lo que quiere decir y poco a poco la imagen de Matt se va perdiendo. ¿ Significa eso que voy olvidándole ?
--No, olvidarle no lo harás nunca. Fué una parte importante de tu vida, como en la mía lo fué Cristal. Pero ellos desean que nosotros volvamos a vivir y su recuerdo se hace más suave, no tan doloroso como al principio. Poco a poco las ganas de vivir, de disfrutar de los placeres de la vida, vuelven a nuestro día a día, pero ellos siempre estarán ahí. Son nuestro pasado, vivimos con ellos durante un tiempo, les amamos y nos amaron, eso no se puede borrar. Pero otros amores vuelven a vivir en nosotros y debemos amar nuevamente, porque de lo contrario nuestra vida estará vacia y amargada y ellos hicieron todo lo posible para que nosotros fuésemos felices. ¿ Estás dispuesta a pasar página, ya ?
-- Creo que si. Como has podido leer, Matt me pedía mirar a mi alrededor, pero lo que veo creo que no me ve a mi. En fin,...vamos a comer que tengo hambre.
Mientras ella hablaba, él la escuchaba atentamente. Le parecía imposible que estuviera frente a él, después de tanto tiempo..Tenía una serie de sensaciones entre alegria, nervios, pesimismo, admiración ... No sabía como explicar lo que pensaba y sentía mientras ella iba desgranando sus dudas.
Comieron, y recogieron la mesa entre los dos riendo.
--Entre el vermuth y el vino de la comida... Se me ha subido a la cabeza
--Ya te veo que no paras de reir... Ja, ja, ja. Será mejor que salgamos a dar una vuelta con Poppy antes de que sea más tarde.
Empezaba a anochecer. La sobremesa se había prolongado mucho, tenían muchas cosas que decirse. Eran dos buenos amigos haciendo confesiones para calmar sus atribuladas almas. Paseaban lentamente. Ella cogida del brazo de Jack y alguna vez recostando su cabeza sobre el hombro de él. Decidieron ir a comer a algún pub cercano, algo ligero puesto que la com ida se había prolongado mucho. Dejarían a Poppy en casa y volverían a salir. Y así lo hicieron.
Regresaron a casa. Lissy se quedó dormida enseguida sobre el hombro de Jack. Este la despertó para que se acostara. Mientras él plasmaría unos apuntes que le habían venido a la cabeza.
Apagó el ordenador, la luz y se fué a su dormitorio. La casa estaba en calma. Lissy dormía plácidamente. Poppy en la cocina en su cama y él haría lo mismo. El día había sido intenso. Estaba nervioso, excitado por la novedad de la presencia de la chica. Quería dormirse, pero el sueño se negaba a acudir a sus ojos.
Silenciosamente la puerta de la habitación se abria y la silueta de Lissy se dibujaba en el umbral
-- Lissy ¿ ocurre algo ?
-- Mira a tu alrededor, mira a tu alrededor. He tardado mucho tiempo en comprender lo que eso significaba, hasta que lo he visto claro. Tú eres mi alrededor, siempre te he tenido cerca, siempre ayudándome, desde que me salvaste de morir por un autobús. He estado ciega por un recuerdo durante todo el tiempo, pero ya no. Y no me importa si me echas de la habitación, si me echas de tu casa por atrevida, no me importa. Eres tú a quién quiero, a quién necesito a mi lado para el resto de mi vida ¿lo oyes ?
Jack estaba perplejo ¿ entendía bien lo que estaba oyendo? Encendió la luz y de un salto se plantó frente a ella estrechándola entre sus brazos.
--Dios mio, ¡si no he hecho otra cosa que mirar a tu alrededor! Te he querido ni se sabe desde cuando, tú eres esa chica a la que no me atrevía a decirle lo que la amo y la necesito.
Por primera vez se unieron en un apasionado beso. Hasta ese momento sus besos habían sido como de hermanos, pero ahora eran dos enamorados que habían encontrado su camino en la vida y juntos lo recorrerían.
Pasaron la noche una en brazos del otro. De nuevo en sus vidas brillaba nuevamente la esperanza, habían dejado atrás los sufrimientos, las dudas que les había tenido alejados y unidos al mismo tiempo por las mismas experiencias.
Cuando ya apuntaba el día Jack, acariciando la cabeza de ella, preguntó
-- ¿Quieres casarte conmigo ?
-- Claro que si
--¿ Estás segura ?
-- Tan segura como que estoy contigo ahora
-- Pues entonces no se hable más. Iremos esta misma mañana a arreglar todo para casarnos cuanto antes.
-- Se lo diremos a Tom y Therry
-- Mejor iremos a Bath, nos casaremos allí. Por otro lado Therry no creo que esté en condic iones de viajar. Cualquier día de estos dará a luz...
Ambos rieron felices besándose de nuevo
Riendo sin cesar, nerviosos y jugueteando, prepararon algo de ropa para viajar de nuevo.
-- ¿Te das cuenta de que llegué ayer, y hoy estoy de vuelta ? Pasamos más tiempo haciendo y deshaciendo maletas. ¡ Qué barullo !
Ante la reflexión de Lissy, Jack rió feliz al tiem po que la tomaba en sus brazos y empezaba a dar vueltas con ella, riendo.
Llegaron a Bath y fueron derechos a casa de sus amigos a comunicarles lo que habían decidido. La única que estaba en casa era Therry, que inmediatamente se puso en contacto telefónico con su marido.
-- Tom, ¿ a qué no sabes quienes han llegado ?
-- Mujer, cómo voy a saberlo si estoy en el instituto y tú en casa ...
-- Calla, calla que siempre me interrumpes ... ¡ Jack y Lissy !
-- ¿Ocurre algo ? Lissy partió ayer para Londres. ¡ No entiendo nada !
-- Pues está muy claro. Han venido para casarse. ¡ Se casan, Tom, al fin van a casarse !
-- ¿Cómo ? repítemelo
-- Que se casan y nosotros seremos los padrinos.
Riendo Therry colgó el teléfono. Los novios se despidieron enseguida pues tenían mucho que hacer. Habían de ir al Juzgado y abrir de nuevo la casa de Jack que permanecía cerrada, allí se instalarían hasta que una vez casados volverían a Londres. Jack debía proseguir con su libro, ya comprometido.
La cermonia del enlace fué muy familiar, pero entrañable y preciosa
-- Os declaro marido y mujer. Puedes besar a la novia.
Y en ello estaban, cuando un grito atenuado se escuchó en la sala del Juzgado.
-- ¡ Dios mio ! estoy de parto
-- Therry, Therry no me asustes ¿ ahora ?
-- Lo siento Tom, pero ya viene y deprisa.
Todos se pusieron nerviosos sin saber muy bien qué hacer. Por ser más espacioso, decidieron meter a Therry en el coche de Jack y apresuradamente la llevaron hasta el hospital, pues el parto era inminente. Rápidamente fué recibida por el médico y conducida a la sala de partos. Y así nació el primer hijo de Therry y Tom,. Una criatura preciosa.
Llegaron a su casa de madrugada. Estaban felices. Ya eran un matrimonio, nada les separaría.
-- ¡ Vaya aventura !, dijo Lissy
-- ¡ Ya lo creo !
Pero eran felices, inmensamente felices. Jack la tomó en brazos para cruzar el umbral entre risas. Acariciaba su rostro con enorme ternura. Veia su rostro querido c omo para convencerse de que era realidad lo que estaban viviendo. Definitivamente habían dejado atrás su pasado. La vida comenzaba allí en aquel momento.
-- Mi amor, no podemos tener luna de miel. Michael me está metiendo prisa para que acabe el libro.
-- No te preocupes. No necesitamos un bonito paisaje para vivir nuestra luna de miel. Mientras nos queramos, la viviremos en cualquier lugar de la tierra. Cuando termines llévame a algún lugar tranquilo, solo para nosotros. Será mágico.No hay prisa, tenemos toda la vida por delante.
Jack terminó su libro, y salió a la venta. Acudirían a la presentación, pero cuando iban a salir en dirección al lugar en donde lo presentaban. Lissy sufrió un desmayo, lo que alarmó a Jack. Llamó inmediatamente al médico. Acudió rápido y al reconocer a Lissy, giró la cabeza hacia donde estaba Jack que tenía el rostro lívido, temiendo recibir una mala noticia.
-- Otra vez no, Señor. Por favor. Ahora no, otra vez no.
-- Bueno, no se alarme. Es de lo más normal. Van a ser padres. Es un clásico desmayo de recién embarazada. No obstante, mañana llévela a la clínica para hacerle unas pruebas. Por lo demás todo en orden. Enhorabuena futuro papá.
Jack no esc uchó más. Abrazó al médic o emocionado y después a su esposa que sonriente le tendía los brazos. Cumplirían su mayor deseo: ser padres.
El embarazo fué normal: náuseas, antojos, olores especiales, etc. Pero pasados los tres primeros meses, todo llevó su ritmo y en primavera nació Rosalind, una preciosa niña de ojos azules como sus padres, y algo pecosilla, que reclamaba su alimento en brazos de su papá, el escritor más popular del país. Había conseguido el mayor premio de su vida, el de ser padre. Un mes después del nacimiento de su hija le concedieron el premio al escritor del año.
No volvieron a separarse nunca, pero su luna de miel tardaron mucho tiempo en realizarla y viajarían tres y no dos.
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