SEGUNDA OPORTUNIDAD - Capítulo 2º / AFRICA

Desde hacía tiempo residía en ese lugar apartado del mundo y cada día se desplazaba hasta Lusaka para atender a las personas que esperaban pacientemente la llegada de los médicos y las enfermeras que les facilitasen medicinas y algo para poder alimentar a sus hijos. Al mando de ese hospital estaba él, Dr. Damon. Un americano que llegó a Africa nada más terminar la carrera de medicina , deseoso de prestar su ayuda a los más desheradados de la tierra.Se quedó en un poblado. A base de insistir ante las autoridades consiguió montar un pequeño dispensario con el que alternaba su trabajo en el hospital de Lusaka. Rondaba la cincuentena y su carácter se había agriado a fuerza de ver sufrimiento en los seres humanos día tras día, y comprobar que a nadie le importaba.


Dr. Damon (Matt) a su llegada a Africa

Siempre escasos de personal robaba horas al sueño para poder atender a aquellas pobres gentes, pero cada vez eran más numerosas y se vió obligado a solicitar más personal. Por extraño que fuera, le hicieron caso y una mañana recibió la visita de un delegado de sanidad que traia en su coche dos enfermeras muy cualificadas, recién salidas de la universidad, con lo cual la experiencia que tenían era nula. Digustado estrec hó la mano del delegado y de las señoritas, muy jóvenes, que venían a ayudarle.

--Encima tendré que enseñarlas, masculló para sus adentros.

Terry y Elizabeth eran sus nombres. Estaban muy cortadas ante la imponente figura del médico y nerviosas le preguntaron dónde podrían instalarse y qué podrían hacer,

--En aquel barracón tienen sus aposentos y en cuanto se cambien de ropa vayan a la enfermería. Hay mucho trabajo. La guerrilla ha hecho de las suyas en estos días.

--¿Cómo cambiarnos de ropa? preguntó Elizabeth

--Si, si, aquí hace mucho calor. Olvídense de los vaqueros y pongánse algún vestido ligero que les permita trabajar lo más cómodamente posible. Habrán de esperar unos días hasta que les consiga unas batas blancas, cuando vaya a la ciudad. No les dijo más y salió en dirección al dispensario.

Las muchachas se miraron al tiempo que se encamninaron hacia el barracón que les serviría de dormitorio.

Estaban cansadas por el largo y caluroso viaje que habían realizado. El trabajo había sido algo estresante, pero pensaron que pronto cogerían el ritmo. Terry cayó rendida en la cama profundamente dormida. Elizabeth nerviosa no tenía sueño. Al fin había conseguido lo que siempre quiso desde que comenzó sus estudios de enfermería. Se saco una silla y contenplaba el paisaje extasiada por tanta belleza teniendo entre sus manos una taza de té


Elizabeth
Era muy tarde, no sabria precisar la hora, cuando pasó por allí el Dr. Damon que soprendido la miró

--¿Todavía despierta? No debe desaprovechar las horas de sueño. Son pocas y no se sabe si al día siguiente podremos siquiera dar una cabezada
--Lo sé pero es que no tenía sueño y ésto ¡es tan hermoso!.

El médico se sentó en un escalón y la pidió le invitara a tomar un té. Había estado trabajando hasta muy tarde y estaba cansado, pero le apetecía un rato de charla con aquella muchacha.

--¿Es esto lo que deseabas ? porque si no es así más vale que te vayas cuanto antes. La vida aquí es difícil y a veces te desgarra las entrañas ver tanto dolor ante tus ojos y te ves incapaz de poder aliviarlo

--Desde luego que si. Solicité el trabajo a sabiendas de lo que me iba a encontrar, aunque claro, nunca te haces una idea exacta de la situac ión a la que tendrás que enfrentarte. Soy fuerte Dr. Damon, ya verá como no tendrá queja de nosotras.

A la débil luz del grupo electrógeno, giró su cabeza y se fijó por primera vez en aquella casi niña que tenía al lado

--¿Cuántos años tienes?
--Veintirés
--Eres muy jóven. Tenías que estar en una discoteca de cualquier ciudad con tu novio
--No tengo novio.
--Ya,ya. Bueno me voy a la cama, estoy exhausto. Buenas noches ...¿cuál dijiste que era tu nombre?
--Elizabeth y el de mi compañera Theresa, aunque la llamamos Terry
--Pues buenas noches Lissy ¿ te im porta que te llame así?
--Oh no, claro. Lissy es más breve. Buenas noches doctor que descanse.

El despertador sonó a las cinco de la mañana. Parecía que hubieran dormido media hora, pero raudas saltaron de la cama, se asearon lo mejor que pudieron y con un vestido ligero acudieron al dispensario en donde el doctor ya estaba preparando el trabajo



Therry

Lissy

--¿Habéis desayunado?
--No, no sabíamos dónde podíamos hacerlo
--Dos cosas no debéis dejar de hacer bajo ingún concepto: dormir y alimentarse. Si os saltáis cualquiera de ellas, no podréis prestar vuestro trabajo, pues el cansancio y el calor haría que os desmayárais. Así que andad ir y tomad lo que os apetezca.No hay grandes lujos pero un trozo de pan y algo de leche de cabra podréis encontrar.

Así lo hicieron en un breve espacio de tiempo estaban dispuestas a emprender la tarea rutinaria de cada día.
Empezaron a llegar mujeres con sus hijos para la revisión, otras parturientas, o muchachos que habían sido heridos por alguna incursión en la aldea de algún guerrillero. Por momentos se les acumulaba el trab ajo y las chicas veían la rapidez con que Damon atendia a sus enfermos. Sentian admiración por la celeridad en los diagnósticos y en las curas que el médico realizaba. Ese día no les dió tiempo a probar bocado. Cuando ya anochecía Damon salió fuera del dispensario. Las muchachas le siguieron. Necesitaban tomar aire. Los heridos ya estaban curados y la tranquilidad había vuelto al pequeño recinto que tenían a modo de hospital. Tan sólo una mujer estaba pendiente de dar a luz. La vigilancia era constante puesto que el parto se anunciaba complicado.

--Dr. Damon, vaya a descansar un poco. Nosotras nos quedaremos de guardia, nos turnaremos. Fué la petición de Lissy
--De ninguna manera, esa mujer puede morir si se complica el parto, cosa que es segura. Hay que actuar rápido y bien. Vosotras no estáis preparadas para una emergencia de ese calibre
--Pues, enséñenos. Somos listas y capaces. Díganos lo que tenemos que hacer mientras usted llega
--Esta bien, os enseñaré. No creáis que ésta es una situación anormal, ocurre más veces que lo que yo quisiera.

Los tres se dispusieron a pasar la vigilia, acompañándose de sendos cafés que les despejara un poco del cansancio que arrastraban. Fué amaneciendo un nuevo día, cuando la mujer se puso de parto

--Vamos, vamos, vamos. Apremiaba Damon. Daros prisa ; hay que operar. Viene de pie

Aceleradamente Terry y Lissy prepararon una mascarilla con un poco de éter, que es todo lo que tenían como anestesia. El médico, sin esperar a más realizó una incisión en el vientre de la mujer que todavía consciente exhalo un débil grito. Ya no tenía fuerzas ni siquiera para gritar. Mientras Lissy ayudaba en la operación, Terry secaba el sudor de la frente de la mujer y la acariciaba con infinita tristeza, mientras pensaba

-- Y nosotras pedimos a voces la epidural...

Una masa sanguinolenta depositó Damon en los brazos de Lissy que portaba una vieja toalla

--Ponle boca abajo y golpéale en el culo. Tiene que respirar...Un fuerte llanto se escuchó al cabo de un rato y la satisfacción y alegria se reflejaron en los rostros de los tres sanitarios

--Ven, córtale el cordón, se dirigió a Lissy
--¿Cómo?, no podré estoy muy nerviosa
--Fíjate cómo lo hago para la próxima

Con eficiencia y rapidez, Damon pinzó la tripa y envolviéndo el resto de cordón en una gasa entregó el niño a Therry para que le lavara y aseara antes de dárselo a su madre, que cada vez más débil extendía los brazos para que le dejaran ver a su hijito. Extrajeron la placenta, limpiaron a la mujer y la depositaron en una cama junto a su niño.



--Está muy débil. Habrá que hacer guardia durante unas horas. Es posible que tenga una hemorragia y hay que estar muy pendiente de ella porque si eso ocurre, podría morir.

--Yo haré el primer turno, dijo Lissy. Vayan los dos a descansar un rato. Pronto empezarán a llegar nuestros clientes, dijo sonriendo

Damon miró a Therry y a Lissy, y en el mismo tono de broma dijo

--¡ Estáis horribles !, oléis a sudor, estáis sucias, pero os habéis portado... como yo esperaba que lo hiciérais. Tendré que seguir tu consejo, Lissy. Os voy a enseñar para que seáis médicos y no enfermeras solamente. Ahora me disculpáis pero me voy a echar un rato a ver si puedo dormir.

Ante los ojos de las m uchachas, la figura de Damon se agrandaba por momentos. Le admiraban, admiraban su precisión y firmeza ante una situación delicada. Siempre sabía lo qué hacer. De pronto Damon se había convertido en su héroe y los ojos de Lissy empezaron a brillar de una forma intensa.
Hospital en Lusaka



Al cabo de varias horas llegaron al hospital de Lusaka. Las voces se corrieron rápidamente por el recinto: habían llegado los colaboradores del Dr. Damon. Rápidamente fueron atendidos los tres supervivientes de la masacre de la guerrilla
Allí Therry supo que habían estado dos días encerrados en el zulo. Poco a poco Lissy recobraba la consciencia pero su cerebro se negaba a reconocer lo que había sucedido. Preguntaba por Matt y siempre recibía evasivas

--Pero ¿no estamos en Lusaka?,  pues hasta aquí venía él. Por favor averiguar algo

Una mañana, cuando ya estaba recuperada, observó que Therry hablaba con un militar y por el rostro de su amiga supo que lo que hablaban no era bueno. Una vez terminada la conversación, ávida de tener noticias la preguntó impaciente

--¿Qué te ha dicho? ¿Han dado con el paradero de Matt?
--Verás Lissy, lo que te voy a decir es doloroso y espero y deseo que tengas la suficiente entereza para escucharlo
--¿Ha muerto, verdad?
--Si. . .  A los pocos kilómetros del poblado se toparon con la guerrilla y tirotearon a todos matándoles. No hubo supervivientes
--¡ Oh Dios mio !

Se cubrió la cara con las manos rompiendo en un llanto silencioso, sin gritos. Therry la abrazó y ambas lloraron juntas por la desaparición de aquel hombre que había entregado su saber y su juventud a las gentes de ese pais .

--Al menos lo habrán enterrado. ¿No?
--Todavía no los han encontrado, pero me aseguran que pronto localizarán el lugar, una vez hayan controlado a la guerrilla,  que anda por la zona.



Lissy


Therry

Lissy no dijo más. Secó su llanto y no articuló palabra.Estuvieron en Lusaka dos días más, pero Therry decidió que tenía que sacar a su amiga de allí cuanto antes y regresar a Inglaterra. Lissy apenas hablaba, quería estar sola

--Pero no puedes estar así. Ni siquiera deseas que esté contigo y para mí eres como una hermana. Matt te encomendó a mi y cuidaré de ti aunque no quieras.

Lissy lloraba despacio mirando a Therry, como si ésta no se diera cuenta de lo que pasaba por su cabeza

--Ve tu,  a Inglaterra, yo me quedo aquí hasta recuperar su cuerpo. Una y otra vez vuelve a mi cabeza nuestra despedida, y te aseguro que es en lo que quiero pensar, porque aunque sea dolorosa pensando en él veo su rostro y su sonrisa, y eso lejos de doler, me consuela
--Escúchame no podemos quedarnos aquí. No tenemos trabajo ni dinero y va a ser muy costoso el poder recuperarle. He pensado lo siguiente: volvemos a casa, a mi ciudad, en la que fué de mis padres, podemos vivir las dos, buscamos un trabajo y ahorramos todo el dinero que necesitemos para volver aquí al cabo de unos meses y entonces realizamos los trámites pertinentes.

Therry empleó toda su astucia para persuadir a su amiga de que debían regresar, pero a fuerza de insistir lo consiguió y al cabo de tres días se dirigían al aeropuerto rumbo a casa

Aeropuerto de Lusaka

Desde la ventanilla del avión quería divisar el paisaje ídilico de sus días en el poblado y a través del cristal creyó ver el rostro amado que la sonreia. No pudo evitar que sus ojos se llenasen de lágrimas.¡Qué distinto y descorazonador el viaje de regreso!

Los motores su pusieron en marcha y el avión se deslizaba suavemente por la pista, pero pronto alcanzó la velocidad suficiente para el despegue. Las dos amigas se miraron con los ojos humedecidos pòr el llanto y juntaron sus manos, compartiendo de nuevo ese momento de intensa emoción.

El viaje fué largo y pesado. Durante el trayecto apenas si sostuvieron alguna conversación. Lissy fingía dormir y Therry unas veces lo hacía y otras veia la película que proyectaban, mientras pensaba

--Dios mio, que no pongan Memorias de Africa, por favor

Tuvo suerte, no la pusieron. Y por fin llegaron a Heathrow. Como de costumbre llovía sobre Londres


Aeropuerto de Londres


Recogireron sus bolsas de viaje, con apenas un pantalón, una camiseta, ropa interior y útiles de aseo que les habían facilitado en el Consulado inglés, puesto que todas sus pertenencias se perdieron en el asalto de la guerrilla. Una vez fuera del aeropuerto tomaron un taxi y se encaminaron hacia la ciudad. Buscaron una pensión económica en donde pasar la noche y al día siguiente tomarían un autobús que les llevase hasta Bath, el sitio en donde había nacido y vivido hasta su viaje a Africa.. Vivirían allí como habian planeado.

Hacia el mediodía llegaron a la ciudad y lo primero que hicieron fué almorzar.  Y después irían hacia la casa familiar que Therry había heredado de sus padres que sería su hogar en adelante.


Vivirían en la casa familiar de Therry...
Estabas situada a las afueras de la ciudad, pero era preciosa y aún conservaba las flores del pasado verano, ya que el Otoño era muy benigno. A Lissy le agradó la casa y fué la primera sonrisa que esbozó en mucho tiempo. Dado que el equipaje era escaso, tardaron poco en acomodarlo en los armarios. Abrieron las ventanas y salieron al jardín. Therry para animar a su amiga la cogió por las manos y empezaron a dar vueltas como dos crias pequeñas, al tiempo que reian y gritaban

--¡ Estamos en casa, estamos en casa !

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