CRUCE DE DESTINOS - Cap. 10º ¿ COMO SUBIR A LA NOVENA ?
La preocupación por el estado de su amigo, el reencontrarse después de tanto tiempo con los mismos lugares que ella frecuentaba, etc . hacía que la emoción la embargara. La puerta la abrió el mismo Denis con una amplia sonrisa
- Denis ¿cómo estás¿, dímelo
Denis soltó una carcajada agarrándola por el brazo .Su plan con la ayuda del sr Hutchinsons había resultado perfecto. La primera parte la habían conseguido: Christine ya estaba en casa.
Ella le empezó a golpear el pecho llena de rabia, al verse engañada.
-Para, para. Deja que te explique.
La explicación fué detallada en todos sus conceptos y únicamente así Christine pudo calmarse. Puso especial esmero en su peinado, en su vestido y pidiendo el vistobueno a Denis, se encaminó a la puerta nerviosa.
Al llegar frente al edificio leyó la placa como aquel otro día en que fué por primera vez a entregar un curriculum vitae
-Inmobiliarias Hutchinsons e hijos, repitió en voz baja como para convencerse que había vuelto.
Había un hombre mirando distraido la palma de su mano, frente al ascensor "de los jefes". Tuvo que hacer grandes esfuerzos para no llamarle, pero estaba dispuesta a llevar su plan hasta el final.
Por fin llegó el ascensor y el hombre penetró sin mirar a ningún sitio. Había sido llamado por su hermano con toda urgencia y no pudo negarse a acudir al despacho.
Al sentir que otra persona entraba al tiempo en el ascensor, sin volverse exclamó.
-Este ascensor es particular, y no puede subir el público
-Ya lo se¿ cómo puedo subir a la novena?
Mathew se giró lentamente, aquella voz, era imposible. Pero le recordó otra escena vivida y que cambió todo. No era posible que el destino se cruzara en su camino de nuevo y le volviera a vivir otra experiencia como aquella.
Frente a él había una joven rubia, preciosa, con los ojos húmedos y los labios temblorosos que no podía pronunciar palabra. Sólo mirarle sonriendo. tendió sus manos hacia él y Mathew la abrazó con tanta fuerza que no podía respirar.
-¡ Dios mio, Dios mio!. Estás aquí, has vuelto, has vuelto
Las lágrimas de ambos se fundieron como se fundieron sus abrazos. No podía creer lo que estaban viviendo, se separaban , se miraban y volvian a abrazarse. Era verdad, lo estaban viviendo no era un sueño.
Llegaron a la planta novena y un feliz Clive les recibió abrazando primero a Christine y después a su hermano. Todo era una puesta en escena para ellos. Todos habían colaborado para el encuentro.
Unos pasos más atrás estaba Peter Hutchinsons, emocionado, y a su lado Denis riendo feliz.
-¡Sorpesa! es el grito que todos a una exclamaron.
Peter Hutchinsons agarró del brazo a Christine y la apartó un poco
-Gracias, hija por el bien que nos haces. ¿Podrás perdonarme algún dia?
-Perdonarte ¿ de qué? Soy tan feliz que he borrado todos los malos tragos que hemos pasado. No volvamos a rec ordarlos. Tenemos toda una vida por delante para ser felices, por favor, borrémoslo de una vez. Y depositó un beso en la mejilla de Peter.
-Se nos hace tarde, vamos, que no llegamos. Dijo Denise
-¿ Qué pasa ahora? Con nosotros no contéis, dijo Mathew. Tenemos muchas cosas de las que hablar y además no me váis a separar de ella nunca más.
-Pues no tenéis más remedio que venir, es imprescindible. Tardaremos poc o, no preocuparos y luego tendréis toda la noche y todo el día siguiente para que hagáis lo que queráis
-Casarnos, inmediatamente. No vaya a ser que se me vaya de nuevo.
Todos rieron al tiempo que bajaban para ir a ¿dónde?
Tardaron media hora en averiguarlo. La zona era nueva, bonita, alegre con un parque para niños precioso donde jugaban y llenaban de risas el aire. en un lateral un edificio impresionante en cuyo frente había un cartel enorme en el que se podía leer DESTINOS. CENTRO COMERCIAL.
Efectivamente eran las casas sociales rehabilitadas en el mismo barrio donde estaban situadas, el centro comercial y el parque para los pequeños. Mathew y Christine cogidos fuertemente de la mano, no podía dar crédito a sus ojos. Todo se habia cumplido. Los emigrantes tenían unas casas saneadas y alegres. Las preocupaciones había huido de sus vidas, ya que muchos de ellos habían encontrado un trabajo estable dentro del mismo centro comercial. ëste había tenido un éxito espectacular: siempre estaba lleno de gente ávidas de efectuar compras. Todo era perfecto, había compensado tanto sufrimiento para gozar ahora de tanta felicidad. Mathew y Cristine se fundieron en un beso , coreado por todos y con aplausos de los niños que bajaban por el tobogán. Hasta Puky ladraba sin cesar desde el coche de Coraleen; había reconocido a su dueña.
Se casaron al cabo de tres semanas en la iglesia pequeña de las casas sociales. No estuvieron las grandes amistades financieras, solamente la familia y las amigas de confianza de Christine.
Se apartaron a un lado y ella susurró al oido de su ya marido:
-Deseo ir al cementerio, Vamos por favor, ahora.
Se encaminaron hacia la tumba de Margaret y allí tomados de la mano ambos esposos. Cristine , se dirigió a la fallecida:
- No tuve oportunidad de conocerte, pero gracias a ti ahora somos marido y mujer. Quiero que sepas que te ha querido más que a su propia vida, que puso en peligro cuando te fuistes muy a tu pesar. Hemos pasado por muchas dificultades, pero la firmeza de nuestro amor ha sido grande y nos ha permitido llegar hasta aquí. Nos amamos, Margaret , y yo se que tú has estado pendiente de Mathew. Desde donde quiera que estés, se que le has cuidado y le has conducido hasta mi. Nuestros destinos se cruzaron en un ascensor. Le quiero mucho, muchísimo y nunca, nunca dejaré de amarle. Te prometo ser la esposa que él se merece; descansa tranquila Margaret nunca más volveremos a separarnos.
Mathew estaba emocionado y rodeó con su brazo el hombro de su esposa y la besó en la mejilla. Luego Christine se inclinó para depositar en la tumba su ramo de novia.Y susurró.
-Vendré más veces. Nunca te olvidaremos.
Después se apartó para que Mathew se despidiera de aquella joven que había representado tanto en su vida . Ahora tenía un nuevo amor, un amor profundo, sincero y único, capaz de derribar todas las barreras que la vida o el destino les pusiera en su camino.
Lentamente abandonaron el cementerio y se reunieron con sus familiares que les aguardaban para celebrar el enlace.
F I N
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