ERRORES - Capítulo 5º / BUSCANDO TRABAJO
Maggie permaneció toda la nche en vela dándole vueltas a la cabeza en lo sucedido a Emma ¿ qué es lo que la llevaría hasta alli, de quién se ocultaba? Nadie había preguntado por ella, no había recibido ninguna visita, nadie se interesó por su paradero. Estaba dispuesta a ayudarla y esperaba ganarse su confianza para que la confesara el origen de la niña y su viaje hasta aquel pueblo lejano, de todo y de todos.
A las seis de la mañana en punto Rosalyn dió el primer toque de atención y Emma se despertó inmediatamente para atender a su hija, al tiempo que Maggie se acercaba hasta su cama con la niña
Emma sonrió al ver el cariño con que Maggie hablaba con el bebe, con la inmensa ternura con que la acunaba. Ella se acomodó y destapó su pecho para poner a mamar a la chiquitina.
--Dios mio, exclamó Maggie, es el mayor milagro que Dios ha hecho : la vida y el amor existente entre una madre y su hijo.
Mientras observaban a la pequeña comiendo, Maggie empezó a desgranar cómo ella con diecisiete años, se vió con un bebe en los brazos durante una hora, ya que su familia la obligó a darle en adopción.
--¡ Pero eras una cria ! ¿y el padre?
--El padre era tan crio como yo, se asustó y su familia se lo llevó lejos, no se a dónde, el caso es que nunca nos volvimos a ver.
Sin pensárselo dos veces, le preguntó a bocajarro:
--La niña¿ es hija de algún hombre casado?, ¿ qué ocurrió contigo?
Emma, sensible en grado sumo por el parto y por su situación, no se pudo contener y entre sollozos contó a Maggie todo lo ocurrido. No salía de su asombro ante lo que estaba escuchando. Era una hija legítima y sin embargo por tozudez las dos estaban allí en aquel lugar aburrido y el padre ignoraba que tenía una hija...!!
--Pero, tu no puedes hacer eso. El tiene que saber dónde estás y que es padre. Imagina que a ti te pasa algo...¿con quién se quedaría la niña? ¿prefieres a una guardería estatal antes que a su padre? No me lo puedo creer.
--Pero es que no puedo decírselo. El ya tiene otra mujer en su vida, a estas alturas seguro que es muy posible se haya casado con ella. ¿Cómo voy a decirle que me dejó embarazada aquella aciaga noche?
--Y ¿qué piensas hacer? ¿te parece bien tu proceder? El tiene derecho a saberlo, si no quiere veros, es su problema pero tú debes decírselo.
--Dame un respiro Maggie ¿crees que no lo he pensado? ¿Qué puedo hacer, qué puedo hacer?
--Llámale por teléfono ahora mismo y díselo
Magie le tendió el teléfono y con mano trémula marcó el número de James.
--Dígame, respondió una voz impersonal
--Por favor, ¿ está el señor O'Cleary?
--Lo siento, los señores están de viaje y tardarán una semana en volver. ¿Quién pregunta por el señor?
Pálida por la emoción contenida Emma colgó el aparato sin contestar la pregunta que le habian hecho. Dirigió su mirada hacia Maggie
--¿Y ?
--Los señores están de viaje, es lo que me han respondido. ¿Te das cuenta? ya ni se acuerda de mi, seguro que se ha olvidado.
--Bueno, bueno
Maggie abrazó a su amiga y ambas terminaron llorando
--Ya basta, la niña no debe mamar este disgusto o se nos pondrá enferma, así que pasemos al plan B
--¿Qué dices, el plan B. Qué significa eso?
--Pues que en cuanto puedas vas a ir a la peluquería, te vas a arreglar y vas a llamar a tu antiguo jefe y solicitar un trabajo. Mientras tanto trabajarás en mi restaurante. Acudirás al trabajo con tu niña y entre todas la atenderemos mientras atiendes las mesas. Tienes que salir de aqui, en casa y en la cama no vas a conseguir nada.
Dentro de unos días vuelves a llamar a tu marido y le informas de que es padre. Así que anda...
No sabía lo que hubiera hecho si no llega a tener a Maggie. Hizo lo que ella la indicó: trabajó como camarera en su restarante y se puso al habla con Robert, que después de tanto tiempo de no saber nada de ella, le dió una gran alegría.
--Naturalmente que tengo trabajo para tí, pero tendrás que volar hasta Chicago, pues la campaña se realizará allí.
--En ese caso, lo siento, Robert. La niña es muy pequeña y no puedo desplazarme hasta esa ciudad y dejarla en el hotel. No te preocupes, en otra ocasión será.
Maggie le escuchó hablar y despedirse de Robert. Al colgar le preguntó
--¿Qué es eso de tener que viajar hasta Chicago, por cuánto tiempo sería?
--Oh, los rodajes no son muy largos, supongo que al menos una semana
--Muy bien, hace tiempo que no tomo unas vacaciones, así que vuelve a llamarle y dile que vas
--¡ Estás loca !
--No, yo me voy contigo y me quedo en el hotel con la niña. Solucionado.
--¿Me lo estás diciendo en serio?
--¡ Naturalmente ! anda vuelve a llamar
--Robert, de acuerdo. Iré con mi pequeña familia. Dime fecha y dónde habré de hospedarme
Y hacia Chicago se dirigieron felices y esperanzadas. Se hospedaron en el hotel que les indicó Robert que era uno de los mejores de la ciudad. Apenas se habían instalado cuando Robert se presentó en el hotel para ver a su amiga. Se quedó maravillado al ver a la niña
--¡ Pero, es preciosa !. seguro que tu de pequeña serías igual. Tiene tus mismos ojos y el color de tu cabello. Por cierto, James ¿lo sabe?
--No, aún no. Le llamé para decírselo y estaba de viaje con su esposa
--¿Se ha casado? No me puedo creer que aún no sepa nada. Emma tu sabes que siempre estaré de tu parte, pero esta vez no tienes razón. Tiene derecho a saber que tiene una hija, es lo que más deseaba. No puedes llevar tu venganza hasta ese extremo.
--¿Venganza? No, no lo es. Acaso ¿no pensáis que puede causarme tanto dolor volver a verle? yo también lo estoy pasando mal. Al menos él ha rehecho su vida, pero ¿ y la mia? ¿por qué nadie piensa en mi? Renuncié a mi trabajo, me enclaustre en un pueblo sin vida, he renunciado a todo...
-Bueno, ahora centrémonos en el trabajo que vamos a presentar... Comentó el publicista
Robert puso al corriente a Emma de qué se trataba la campaña y a pesar de no ser ella el artífice , si contaba con su opinión dado que era una experta, aunque simplemente estuviera presente como oyente.
Una vez terminada la exposición, Maggie hizo acto de presencia con Rosalyn en los brazos
--Siento interrumpir, pero tiene que comer
--Es cierto. Hay otro problema: estoy criando a la niña y cada tres horas reclama mi presencia...Lo siento Robert va a tener que ser todo a través del teléfono.
--No. Que se venga Maggie con nosotros. Se quedará en una habitación contigua y si para cuando el bebe tenga que comer no hemos terminado, que entre con ella, como acaba de hacer. El cliente es un padre de familia numerosa, y hasta será acertado. Le conmoverá ver a una madre joven que no renuncia a su trabajo y cria a su hija. ¡ Es perfecto! hasta va a ser conveniente.
Emma pidió disculpas y se retiró a otra habitación para dar de mamar a su hijita.
Como habían supuesto, fué todo un éxito. La ternura de ver a la niña en brazos de su madre, afianzó el suculento contrato de la campaña publicitaria. De repente se acordó de un bello rostro que anunciaba un perfume
--¡ Es usted ! -dijo dirigiéndose a Emma
--¿ Cómo dice?
--Si,si. Usted, la de la campaña de perfume de ¿hace dos años? Fué fabulosa la repercusión que tuvo y es que no es para menos. Mi campaña quiero que la haga usted
--Pero no puedo, ya ve en lo que ando metida...Ha sido muy difícil llegar hasta aquí. Viajando con un bebe se puede suponer la incomodidad que supone para mi hija. No puede ser, lo siento.
--¿Dónde vive usted?
--En Belesfield. Seguro que no viene ni en el mapa. Es un pueblo muy pequeño de agricultores
--¿Se refugió allí para tener a su bebe?
--Desde luego, me pareció un lugar tranquilo y bueno para que ella creciese feliz
--Muy bien- dijo dirigiéndose a Crowford. Trasladen los escenarios a ese lugar. Tendrá algún paisaje, algo bonito que no sean cultivos. O sino es igual, busquen otro cerca de donde ella vive
--Pero es absurdo. Hay miles de modelos preciosas, incluso más que yo que harían encantadas ese trabajo
--Pero yo la quiero a usted. No hay más que hablar
--Pero además saldrá más caro al tener que buscar nuevas localizaciones, intervino Crowford
--No me importa, pero tiene que ser ella. El éxito con ese rostro está asegurado.
Firmaron el contrato y todo quedó encauzado para empezar en el más breve espacio de tiempo.
Al cabo de cuatro días regresaban de nuevo a su rutina diaria, pero venían satisfechas con lo conseguido.Deberían organizarse para afrontar todo el trabajo que se les venía encima. Maggie estaba encantada de la vida con la perspectiva del rodaje. Sería una gran novedad en la monotonía de sus vidas.
Y así comenzaron el rodaje de los anuncios en un pueblecito cercano a Belesfiield. Al terminar la grabación celebraron una barbacoa en el restaurante de Maggie. Conoció a un ayudante de cámara muy simpático y atractivo; ambos expresaron su deseo de volver a verse. ësto ilusionó a Maggie, pero al tiempo pensó: seguro que en cuanto enfile la carretera se olvida de mi..¡ Dios mio ! no escarmiento...
Esta vez la publicidad era más agresiva ya que se trataba de muebles de oficina, y ante unos objetos tan fríos había que darles calidez a base de la modelo. Cuando vieron la proyección final se quedaron todos expectantes averiguando la opinión del patrocinador
--¡ Es increible esta mujer! ¿Quién dice que está criando a un bebe de tan corta edad? Será fulgurante, estoy seguro
Y lo fué. De nuevo en las vallas apareció Emma, pero esta vez más sugerente. Había madurado su rostro, ya no tenía las facciones tan aniñadas, pero continuaba siendo hermosa: De nuevo al parar en un semáforo en Times Square, James pudo contemplar el rostro de Emma, y de nuevo algo se removió en su interior. Acababan de comunicarle que le habían concedido el premio Pritzker por la construcción de un moderno auditorium de música. Ya su estudio no se dedicaba a edificios sociales, sino a grandes construcciones que se encargó de promocionar Lissa en sus círculos de las altas finanzas. Deberían dárselo a finales de mes en San Francisco, pero ante la visión de la valla se le había borrado de la cabeza el premio. Sus ojos estaban llenos de la silueta de Emma; continuaba amándola aunque hubiera renunciado a ella desde hacía tiempo.
Emma pudo convenir con Crowford que hiciera su trabajo desde casa a través de ordenador, con lo cual podía atender a la pequeña Rosalyn y su trabajo. Los ahorros se le acababan pero con lo ganado en la publicidad podía resistir durante una larga temporada sin preocupaciones.
Maggie la sermoneaba constantemente por no haber aceptado la ayuda que su marido la ofreció con el divorcio, pero se había acostumbrado a sus regañinas y además sabia que lo hacía por cariño.
Era media mañana y estaba dando el pecho a la niña, cuando una alterada Maggie se presentó en su casa dando risotadas
--¿Quién dirás que me ha llamado y me ha pedido una cita?
--No tengo ni idea, pero me vas a sacar de dudas ahora mismo ¿verdad?
--Lewis, dijo Maggie
--Lewis, ¿y quién es?
--Hija , pues el ayudante de cámara
--¡¡¡Ah!!! no me acordaba- rió Emma
--Está en San Francisco y me ha pedido que vaya. Estará por una semana por no sé qué evento que tiene que filmar, creo que es un premio o algo así. Le he dicho que si
--¿Cuándo te vas?
--No, cuando nos vamos...
--¿Qué dices? No, ve tu sola. La niña no puede hacer ese viaje tan largo y además, ¿qué voy hacer yo con una niña tan pequeña en San Francisco? Tu debes ir sin mi. Sé que ese hombre te gusta, así que aprovecha la oportunidad
--Pero, es que yo quiero que vengas conmigo
--No seas absurda ¿cómo voy a ir contigo si lo que él quiere es estar a solas los dos juntos? Quizá sea el hombre de tu vida, aprovéchalo. Además estoy en pleno trabajo para la próxima campaña.
¿Cuando te marchas?
--Pues pasado mañana. Estoy contenta ¿sabes? Congeniamos muy bien y es muy atractivo ¿no te parece?
--Si, si lo es. Por lo que yo le conozco también es buena persona. Haréis buena pareja, y ahora vete y déjame . Mira la niña se ha dormido y no ha terminado de comer.
--Deberías retirarle el pecho, poco a poco y empezar con los purés. Tendrías más tiempo libre.
Al aeropuerto fue a recibirla Lewis, estaba nervioso. Aquella mujer le había impresionado cuando la conoció en la barbacoa. Era decidida, extrovertida y tenía la edad justa para él. Ya no eran jovencitos, pero todavía tenían mucha vida por delante.
Se hospedó en un lujoso hotel, en donde él también lo estaba. En ese hotel se iba a celebrar el evento en el que tenía que trabajar. Era la entrega del premio al mejor arquitecto, el Premio Pritzker, y se lo habían concedido a uno de Nueva York.
Cuando Maggie supo la noticia, le dio un vuelco el corazón
--No puede ser. Sería mucha casualidad que se tratase de la misma persona, imposible, ¡ con lo grande que es el mundo !
Lewis interrumpió sus reflexiones, pero algo la decía que no estaba muy descaminada. El evento se celebraría dos días después, así que tendrían tiempo de divertirse antes de tener que asistir a ello.
Salieron como dos jovencitos cogidos de la mano a conocer la gran ciudad y a divertirse todo lo que pudieran.
El gran vestíbulo del hotel estaba lleno de gente ataviada para las grandes ocasiones. Las damas con traje largo de noche y ellos con smoking. En un lado del mismo había un corrillo de gente en torno a un hombre alto, guapo y que parecía ser el merecedor de tanta expectación. Le acompañaba una mujer de edad mediana muy atractiva que se encargaba de presentarle a todas las personalidades asistentes a la reunión.
De frente al grupo, Maggie observaba a las personalidades. Lewis no podía acompañarla puesto que era el encargado de filmar el video del acto, pero ella con traje largo , también pensaba asistir a la entrega con la mayor curiosidad. No se equivocaba, aquel rostro lo había visto antes en casa de Emma: se trataba de James.
Se dirigió a recepción y pidió le facilitaran el número de habitación, cosa que no hicieron. Entonces ella se dirigió a las cabinas de teléfono y pidió avisaran al arquitecto galardonado, por nombre James...
Un botones voceó el nombre al que respondió el interesado y se dirigió al teléfono que tenían en recepción
--Si, dígame
--Lo siento, si es una periodista hablaré con todos ustedes en la conferencia de prensa de mañana
Siento me interprete mal , pero no puedo atenderle ahora. Como puede comprender tengo que atender a todas las personas que han venido, y me parecería una descortesía ausentarme
--Le aseguro que se trata de algo que le interesa mucho
--Por favor no insista. Mi mujer me está llamando; va a comenzar el acto, perdóneme
--Emma, ¿ le suena de algo?
--¿ Cómo dice? repita ese nombre
--Creo que será mejor que hablemos personalmente. Estoy en la 510. Creo que deberá hablar conmigo lo antes posible. De verdad que le interesa.
James terminó la recepción feliz por el reconocimiento demostrado. Lissa estaba radiante de felicidad y de orgullo. No le había defraudado, toda la confianza depositada en James la había sobrepasado. Había alcanzado el máximo galardón en su profesión. Ellos estaban felices, a pesar de la cara melancólica que durante toda la noche había podido observar en el rostro de James
--Deben ser los nervios y la emoción- pensó
Nuca imaginó el motivo real de esa impaciencia. Se acostaron muy tarde, pero a pesar de ello James no pudo conciliar el sueño. Deseaba con todas sus fuerzas que amaneciera pronto para poder hablar con aquella misteriosa y desconocida mujer que le hablaría de Emma, ¿de qué? Hacía mucho tiempo que ni siquiera habían cruzado una palabra, no se habían visto desde que salieran del despacho del juez y por ello no podía imaginar lo que le diría.
Después de desayunar James se excusó con Lissa argumentando que querían hacerle una entrevista
--Pero ¿ tan pronto?...
--Vuelve a dormir, espero terminar rápido
La besó en la frente y ella volvió a quedarse dormida. James se dirigió a recepción y solicitó la comunicación con la habitación 510. No tuvo necesidad, Maggie se aproximó a él presentándose.
--Creo que debemos ir a un rincón tranquilo en donde podamos hablar sosegadamente. Es muy importante lo que tengo que decirle
--Como quiera, me tiene en ascuas¿Le ha pasado algo?
--Quiero advertirle que ella no sabe ni que usted está aquí, ni que voy a contarle algo que ella no me ha autorizado, pero creo que estoy obrando correctamente
--Si no le importa no ande con tantos preambulos, por favor. Como puede comprender estoy impaciente.
Primero, para llegar al día de hoy, tenga paciencia y le explicaré cómo llegué a conocer a Emma.
Maggie hizo un relato pormenorizado de cómo llegó hasta el pueblo que ahora era su hogar. Por fin llegó al momento en que ambas mujeres establecieron su entrable amistad:
--Emma llegó al pueblo embarazada y quiso tener a su hijo en un lugar en donde nadie pudiera localizarla, no por vergüenza porque ella no había tenido la culpa de que usted en determinado momento ejerciera violencia contra ella. Se enteró del embarazo después de que se divorciaran, y a pesar de que la insistimos para que se lo comunicara, ella no cedió. Una vez le llamó por teléfono delante de mi a instancias mias, fué justo el día que salió de la clínica después de dar a luz. La persona que cogió el teléfono le anuncio "que los señores" habían salido de viaje, por lo que ella interpretó que se había casado, y no quiso mezclarse en su matrimonio.
Tiene una hija preciosa de nombre Rosalyn y se parece a su madre.
La palidez del rostro de James era alarmante. No podía ser verdad lo que quella mujer le estaba contando. No podía ser verdad que la crueldad de Emma hubiera llegado al extremo de ocultarle que era padre, sabiendo que era lo que más ambicionaba, no podía ser verdad.
Estalló en una cólera contenida y sujetando fuertemente el brazo de Maggie, le suplico:
--No me mienta, no puede ser verdad. Ella sabe que todo empezó precisamente...
--Si, porque ella quería que esperasen para ser padres. Si también lo sé. También la he dicho que cometió el error más grande de su vida y que había perdido al hombre que amaba, pero ella no quería destruir su vida con esa confesión. Piense cree que usted la ha rehecho y está felizmente casado.
--Dígame cómo se llama ese lugar, por favor. Tengo que ir a verla, tengo que ver a mi hija. Pero no puedo perdonarla que me lo haya ocultado, no debió hacerlo aunque estuviese casado. ¿Lleva alguna foto de la niña?
--Si, desde luego. Tómela
--¿Qué tiempo tiene?
--Seis meses, le dijo Maggie mientras sacaba el pequeño álbum que llevaba en el bolsillo.
Ante él estaba aquella carita igual a la de su madre, con sus mismos ojos, su mismo cabello. Era un bebé precioso y era su hija.
Dos lágrimas resabalaban por sus mejillas. La emoción más grande le embargaba y no podía articular palabra.
--Apúnteme por favor la dirección. Iré a verla lo ates posible. ¿Debo decirle que usted me ha informado?
--Haga lo que crea oportuno, de todas maneras ella va a saber que he sido yo la persona que le ha contado todo. Nadie más que yo sabe lo ocurrido, ni siquiera Crowford, que goza de toda su confianza.
Se despidió de Maggie agradeciéndole la noticia. Ella, al ver alejarse a James exhaló un suspiro profundo de alivio. Sabía que había obrado como debía, aunque le costase un disgusto con Emma.
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