SEGUNDA OPORTUNIDAD - Capítulo 5º / FRENTE A UN PAPEL

Siguiendo los consejos que le diera Lissy, sacó del escritorio la pluma que ella le regalara por Navidad y unos folios y salió al jardín aprovechando que hacía un día bonito de sol. Con una taza de café en una mano y la pluma y los folios en la otra, se sentó tratando de saber por dónde empezaba. Garabateaba el papel y las palabras huían de él; no se le ocurría ningún tema. Apenas comenzaba una línea rompía el folio pues no se le ocurría nada para seguir. Así estuvo durante más de una hora, hasta que aburrido entró en la casa de mal humor

--Por mucho que se empeñen, es inútil. No puedo escribir...

Se veían los cuatro amigos los fines de semana cuando sus respec tivas ocupaciones les dejaban tiempo libre para la diversión. Por fín llegó el gran día: Therry y Tom ya eran marido y mujer. Se instalaron en la c asa que Tom tenía y Lissy quedó sola viviendo en el c aserón que se le hacía demasiado grande para ella s. Dec idió buscar un apartamento pequeño cerc a del hospital.
Jack se trasladó a Londres a solucionar problemas en el banco y aprovechó para quedarse unos días en la ciudad. No faltó su visita al cementerio, pero esta vez fué más sereno. Como siempre y aprovechando que no había nadie cerca, expuso sus pensamientos y proyectos a Cristal como si ella pudiera oirle



Se sentó cerca de la tumba de Cristal...

--Iré con Lissy a Africa. Me hubiera gustado que la conocieras. Es totalmente distinta a como tú eras. Tú meticulosa y ordenanda y ella es un desastre. No establece prioridades, sino que hace las cosas según van saliendo, pero tiene un gran corazón, roto eso sí, pero un gran corazón. Es la ún ic a persona que comprende mi situación porque ella también la ha vivido; estoy a gusto con ella, es encantadora...

Una voz retumbó en su cabeza. Parecía la de Cristal

--¿Te has enamorado de ella?

Se quedó sorprendido de aquella reflexión. Nunca se había parado a pensar en ello y por otra parte le parecía un sacrilegio pensar en otra mujer después de perder a Cristal. De nuevo esa voz interior resonó en su cabeza

--No es un delito volver a enamorarse. Me quisiste muchísimo, y has sufrido por mi pérdida. Tú no tuviste la culpa de mi enfermedad y tienes derecho a volver a ser feliz. Crea una familia que te de estabilidad y vuelve a ser tú. El hombre que me conquistó, el escritor genial que ahora está olvidado. Vuelve, haz un esfuerzo y escribe de nuevo...

Jack se sentó cerca de la tumba de su mujer pensando en lo que acaba de sentir. Tomaría distancia se quedaría en Londres más tiempo del que tenía pensado. Suponía que eso le aclararia las ideas.

--Estoy confundido, eso es todo. Quizás demasiado solo y por eso he creido que...
--No, Jack. Estás demasiado solo y Lissy te ha dado afecto y compañía y tú sin darte cuenta te has enamorado. Debes ser feliz ¿Crees acaso que yo me alegro de ver c ómo lo que tanto te ha costado ha sido inútil? Sé feliz y yo también lo seré. Recobra tu oficio que seguía tanta gente.v ve a Africa c on ella, que también te necesita y al volver seguro que ves las cosas más claras.



El rostro de Lissy apareció ante él entregándole la pluma...

Salió del cementerio más preocupado que antes de entrar. Lo ocurrido allí le había dejado perplejo. Su voz i nterior había hablado con claridad, un a claridad que él se negaba a rec onocer, pero de pronto lo veia claro: efectivamente el rostro de Lissy se aparecía ante él como c uando le dió la pluma, le instó a escribir.
¿Sería ella su fuente de in spiración?. Instalado delante del ordenador, abrió una página y comenzó a relatar cosas de su niñez. Su infancia, su adolescencia, el descubrimiento del primer amor, su casamiento y fallecim iento de Cristal... Eran unos apuntes que pensaba novelar. Sería su tributo a la mujer perdida.

--Por hoy suficiente. Mañana lo intentaré de nuevo

Miró el reloj y comprobó que eran pasadas las doce de la noche. Había estado varias horas emborronando la página de lo que sería un futuro relato o quizás una novela autobiográfica.


Los apuntes c omenzaban en su niñez ...

Se ac ostó y tuvo un sueño muy intranquilo. Se mezclaban su visita al cementerio, el rostro de Cristal y el de Lissy. Escuchaba en su interior la voz de Cristal, pero no entendía lo que le decía. Se despertó sobresaltado y con un fuerte dolor de cabeza. Salió al salón y vió el ordenador encendido que no había apagado la noche anterior. Se dirigió a la cocina y preparó un c afé cargado y a contin uación tomó una ducha.
Sentado frente al ordenador, miraba la pantalla como si buscase respuestas; la aspirina que había tomado no le había hec ho efecto, por eso aprovechando que hacía un bonito día de prim avera, decidió ir a dar una vuelta.
Viviá cerca de King Cross, por lo que tomó esa calle, ´Picadilly Circus y continuó bajando. El teatro Covent Garden anunciaba una obra que llevaba mucho tiempo en cartel y recordó: "La estrenaron el mismo mes en que Cristal murió".
Poco a poco llegó hasta Trafalgar Square. Como siempre la plaza estaba llena de gentes. Turistas que disparaban sús cámaras . Eran felices y reian, Había b astantes españoles que después irian a ver el relevo de la guardia de palacio a las doce del mediodía.

--Los españoles siempre se están riendo, pensó observándoles divertido.

Allí se sentó, observaba todo el movimiento que tenía la plaza. Mientras vivió en la ciudad nunca se fijaba en esas cosas. La veía como si fuera la prim era vez. Es hermosa , pensó.

--No me extraña que a los turistas les encante.


La plaza estaba llena de turistas, muchos de ellos eran españoles ...

La plaza se había despejado un poco. Iban en dirección al palacio, pero otra oleada de gentes nuevas venían. Ni de noche ni de día estaba solitaria. Cerca de él se sentó una pareja que constantemente se hacían arrumacos, se besaron y Jack por primera vez en muc ho tiempo, creyó verse reflejado en la pareja, sólo que el rostro de la chica no era el de Cristal, sino el de Lissy. Se sentía culpable de ese pensamiento, por lo que decidió levantarse y desandar el camino hasta llegar a casa. El teléfono estaba repiqueteando y abrió la puerta rápidamente

--¿Si?
--¿Dónde andas? llevo llamándote toda la m añana. Me tenías preoccupada. La voz de Lissy llegó hasta sus oidos
--He salido a dar un a vuelta, me dolía la cabeza.
--¿Estás bien? Te noto algo raro
--No, no es que he entrado deprisa. He dejado a Poppy en la puerta. . . , espera., Ya estoy aquí Bien qué pasa por allí, ¿todo bien?
--Estupendamente. A los m uchachos les veo menos y cuando lo hago no les soporto ¡ son tan empalagosos ! ...

Lissy rió arrancando también una sonrisa a Jack

--¿Cuándo vuelves?
--Pues aún me quedaré unos días, tengo que solucionar algunas cosas.
--Bueno pues cuídate. Hasta pronto
--Hasta pronto Lissy

Lo que era sólo una estancia de una semana, se alargó a un mes, pero seguía tan confundido como al principio, de manera que dec idió volver a ver si así despejaba sus dudas. Se puso en camino y llegó anochec iendo a Bath. Marcó por el móvil en número de Lissy, pero el contestador le in dic ó que no estaba en casa. Acto seguido llamó a sus amigos rec ién casados. La voz de Tom le respondió

--Hallo
--Tom, chico ¿cómo estáis?
--¡ Jack! ¿dónde estás?
--Aquí, en casa. Y Therry ¿está bien?
--Maravillosamente. Hoy le toca turno de noche. ¡Menuda faena! lo llevo muy mal, ya que c uando ella llega yo me tengo que ir. Oye tu excedencia¿ cuando cumple?
--Dentro de un mes, en Mayo si no me equivoco.
--¿ Qué te parece si quedamos y cenamos juntos?
--Estupendo porque la nevera está vacía, como puedes imaginar. ¿Veis a Lissy?
--Por supuesto, muy a menudo. Hoy está en el hospital, de turno. Bueno¿ dónde quedamos?


Se reunieron en su pub preferido y ambos amigos se contaron todas las novedades ocurridas en ese tiempo.Tom le dijo a Jack que Therry quería tener hijos rápidamente y estaba dispuesta para ello hasta dejar su empleo en el hospital.

--¡ Vaya ! Eso si que es bueno. Seré tio Jack...
--Y tú ¿cuándo vas a organizar tu vida, has escrito algo?
--No sé Tom, estoy muy confundido y no, no he escrito nada. Tengo algun os apuntes pero no sé cómo empezar. Volveré hacerlo aquí a ver si me aclaro.
--¿Por qué estás con fundido?¿hay alguien que te interesa?
--Si, pero me siento culpable por ello y no termino de decidirme
--¡ Estupendo ! ¿ por qué te sientes culpable? seguro que Cristal donde quiera que esté aprueba el que vuelvas a enamorarte.
--Bueno, dejemos eso y vamos a cenar. Hoy no he com ido y tengo hambre


Tom

Jack

Al día siguiente Jack fué a buscar a Lissy a la salida del hospital. Ella no le esperaba y se mostró muy alegre al verle de nuevo. Se dieron un beso en las mejillas. Jack sintió como un latigazo c uando el rostro de ella se rozó con el suyo. Se le disiparon de golpe todas las dudas: si ella le admitía...
 
Jack estaba seguro de los sentimientos que albergaba hacia Lissy, pero esperaría. Deseaba ofrecerle algo más, y pàra ello iba a escribir de nuevo. Por mucho que le costara; empezaría por unos relatos cortos sobre su propia vida. Los novelaría con otros nombres y otros lugares, añadiría romanticismo y aventura. Luego sobre la marcha ya vería. No le diría nada hasta verlos publicados. Mientras transcurriría el tiempo hasta viajar a Arica.Sólo entonces le expondría sus sentimientos.

--Que Dios me ayude
Porque otra pérdida no lo soportaría. Sería su hundimiento definitivo Comenzó a escribir en el ordenador capítulo a capitulo. Ahora tenía un estíumulo: conquistar a Lissy, ella era la artífice del cambio.
--He de volver a Londres, pero será c uestión de un par de días

Le comunicó a Lissy. No le quiso decir que iba a la editorial a entregarles los relatos que había escrito. Deseaba fuese una sorpresa

--¿Me llamarás? te voy a ec har de menos. Me he acostumbrado a que salgamos, a que vengas a buscarme al hospital. Me he acostumbrado a ti.

Le había dicho ésto último mirándole a los ojos, con un a expresión que nunca, hasta ahora, había tenido.Jack la miró también, muy serio. No quería hacerse ilusiones. Primero ella debería enfrentarse a sus recuerdos allí en don de se produjeron y de acuerdo a su reacción le confesaría que la amaba. Si las cosas no iban bien para sus sentimientos, callaría para siempre.


Miró hacia arriba delante del edificio...

Con Poppy como compañero, Jack emprendió el viaje.Estaba esperanzado, pero también sabía que la tarea de convencer al editor no lo iba a tener fácil, pero si había sido capaz de superar la muerte de Cristal y volver a enamorarse, sería capaz de convencer a aquel tozudo editor; además lo quería hacer por Lissy.
Después de dejar a Poppy en casa y cambiarse de ropa por una más elegante, se trasladó a la editorial. Al llegar frente al edificio lo miró, tragó saliva e insuflando aire a sus pulmones para expulsarlo posteriormente, se dijo

--Vamos allá

Se plantó delante de la recepcionista y la pidió anunciase su llegada a Mr. Strauss

--Un momento, por favor, enseguida le aviso.Pulsó un timbre al despacho del editor
--Mr. Stratford desea verle.¿Puede pasar?
--¡ Jack !, desde luego. Hágale pasar inmediatamente
--¡ Jack, muchacho! ¿qué haces por aqui?
--Pues, a verte y a traer ésto a ver si te interesa. Es lo primero que he escrito en mucho tiempo, de momento, porque pienso hacer un gran libro que tengo en mente. Si no lo quieres, lo entenderé. Acudiré a otra editorial. No habrá prblema.
-- A ver, déjame le eche un vistazo Leyendo el principio y el final, sabré si merc e la pena. Te conozco lo suficiente c omo pasra saber si es bueno o no. La última vez que nos vimos fué muy desagradable.



Mr. Strauss...

El editor no se limitó a leer las primeras páginas, sino que continuó leyendo, leyendo, hasta casi la mitad del relato. Jack impaciente le preguntó

--¿ Y bien, qué te parece?

Strauss se quitó las gafas lentamente y mirándole de frente le dijo

--Es estupendo, has vuelto a ser lo que siempre has sido: un gran escritor. No necesito leer más. Ya estoy impaciente por ver ese libro que me anuncias. ¿Para c uando?
--Tendrá que ser para dentro de un tiempo. Voy a realizar un viaje e iré escribiendo sobre la marcha. deseo que sea el más grande que he escrito
--Haremos marketing y presentaciones y rec uperarás de nuevo a tus lectores que aún no te han olvidado.
--Hay una cosa, Michael, en Julio parto a mi viaje, no dará tiempo. Espera a mi vuelta y así transcurrirá menos tiempo hasta la edición del próximo.
--De acuerdo, está bien. Necesitarás un adelanto ¿no?
--No. En este tiempo he sido profesor de instituto y me he ganado la vida muy bien. ¡ Hasta tengo ahorros!
--¿Y ese milagro , que ha ocurrido en tu vida de nuevo? ¿has conocido a alguien?.
--Cierto, a alguien que me ha comprendido y ha obrado el m ilagro de que volviera a escribir
--Sin duda se trata de una mujer. Sólo ellas obran los milagros
--Estás en lo cierto, pero nunca olvidaré a Cristal. Ünicamente la he aparcado en otro lugar del corazón Ella fué tan importante en mi vida com o ahora lo es ésta.
--No me vas a decir de quién se trata ¿verdad?
--No, porque ni siquiera ella sabe lo que la quiero. Tendrás que esperar un tiempo
--Sabes que te aprec io. Hace muchos años que nos conocemos y lo pasé m al c uan do Cristal se fué, pero mereces volver a vivir. Eres jóven y debes formar la familia que con ella no pudiste. Seguró que desde el cielo te ve y te apoya. Bueno, nos estamos poniendo melancólicos y debemos estar alegres. Te invito a cenar
--Hecho. Tengo que hacer unas compras, así que pasare a por ti como a las ocho¿te viene bien ?
--De acuerdo. Aqui te espero, ¡ ah ! y enhorabuena: has vuelto a la vida.

La cena transcurrió cordialmente entre los dos buenos amigos. Se retiraron tarde pues es muc ho lo que tenían que contarse Como cada vez que regresaba a Londres, antes de partir de regreso a Bath, Jack depositó unas flores en la tumba de Cristal

--Cristal, mi amor, porque siempre lo serás, pero ahora tengo una nueva ilusión, un nuevo amor por el que luchar y yo sé que tu me comprendes y me apruebas, pero... Necesito tu ayuda: ella no lo sabe. Debo esperar hasta nuestro regreso y te pido me ayudes a tener paciencia y a lograr que ella se enamore de mi como yo lo estoy de ella. Deseo, necesito ser feliz.Quiero estabilizarme, recuperar mi vida Sé que solamente ella puede lograrlo. Ayúdame por favor, siempre estarás ahí. Has sido una parte importante de mi vida, pero quiero volver a sentir lo que tuve contigo: amor. Ayúdame, por favor.

No pudo evitar emoc ionarse de nuevo, como de nuevo volvió a evocar el rostro de la que fuera su esposa. La evocaba sonriente como dándole su aprobación.´Con paso ligero y tranquilo, se dirigió al coche para emprender viaje de regreso. . . , a Lissy



... evocaba el rostro de Cristal son riente...

--Vámonos Poppy nos vamos a casa

Los trámites para el viaje se fueron realizando:vacunas pasaportes, certificados, etc. Por fin llegaron las tan deseadas y temidas vacaciones. Ambos viajeros estaban impacientes a la par que nerviosos. La víspera de la partida, se reunieron los cuatro amigos a cenar a modo de despedida. Entre los cuatro flotaba la ansiedad del viaje, pues todos sabían lo importante que era para Lissy.

Durante la sobremesa Therry comunic ó a sus amigos que estaba embarazada. El alborozo fué unánime. Tom, por supuesto, ya lo sabía. Therry quiso decírselo a sus amigos pues sabía lo importante que era para ellos la vuelta a Africa. Para Lissy su encuentro con el pasado, para Jack porque se había percatado, aunque no dijera nada, de lo que el escritor sentía por su amiga, y de que la felic idad de ambos sería distinta a su regreso a Inglaterra.

Temprano partieron hacia Londres. Dejaron en el garaje el coche y en un taxi se dirigieron al aeropuerto



... llegaron al aeropuerto en taxi

Fueron llamados por altavoces, y todos se dispusieron a embarcar rumbo a Africa. Lissy estaba nerviosa, impaciente y hasta algo pálida. Jack trataba de distraerla sin conseguirlo. Solamente ella sabía lo que pasaba por su cabeza y que él presentía. Se sentía muy unido a ella y le daban ganas de abrazarla y acurrucarla como si se tratara de una niña. Quería que ella no sufriera, que apartara de su mente todos los malos recuerdos, pero sabía que no podía hacer nada al respecto.Debía ser Lissy quién viviera de nuevo lo pasado.

Pasaron las horas y se vió en el aeropuerto que había abandonado hacía tiempo con la idea de que nunca más volvería, pero allí estaba de nuevo. Emprendería una labor dificil en aquel territorio, averiguar el paradero del cuerpo del que fuera su amor y darle cristiana sepultura, aunque presentía que sería un a labor harto difíc il, casi imposible.

En un taxi se desplazaron a la ciudad y buscaron hospedaje en un hotel. Ya era tarde y ese día no podrían hacer nada, lo que impacientaba más a Lissy



Era un hotel, precioso de acuerdo con el lugar...
--
Después de cenar y sentados en el bar del hotel planificaron lo que hacer al día siguiente. Jack trataba de sosegar a la muchacha, que deseaba ardientemente, que necesitaba, obtener alguna respuesta.

--Yo creo que lo primero es ir al hospital, a ver si allí saben algo. Después al ministerio de Sanidad, si no obtenemos respuesta. ¿Ejerc ía también en Lusaka, verdad?
--Si, acudía dos veces en semana
--Bien, pues allí además de información supongo que habrán guardado sus efectos personales, los que tuviera en el hospital ¿te parece?
--Desde luego. No sé qué hubiera hecho si no llegas a venir conmigo. Estoy confusa, desorientada. No sabría por dónde empezar. Tú sin embargo¡ lo tienes todo tan claro !
--No creas, yo también estoy impaciente por solucionarlo todo. Me va mucho en ésto
--No te entiendo
--Ya lo entenderás. No es una tarea fácil. Yo también estoy impaciente por cerrar ese capítulo.

Cada uno de ellos, muy tarde, se dirigió a su habitación. a Jack le costó mucho coger el sueño, pero Lissy no pudo dormir en toda la noche.




 
 


 
 
 



 




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