CUESTION DE LETRAS - Capítulo 4º / PRESENTACION


Todo el equipo se había citado en el aeropuerto y ya estaban todos reunidos. Evelyn en un último intento trato de contactar con Michael, pero fué inútil Preocupada decidió llamar a la editorial por si podían darle alguna información:

--El señor Owen está fuera del pais. Creo que viajó al Caribe a pasar unos días con Molly
--¿Con Molly?
--Si al verse de nuevo reavivaron su vieja amistad y decidieron irse a pasar unos días de descanso a una playa del Caribe.
--¿Podría darle un recado a la vuelta?
--Por supuesto, dígame
--Por favor dígale, que Evelyn ha partido hacia Kenia y que no ha podido contactar con él. Que me llame en cuanto le sea posible.

Hizo memoria mientras caminaba hacia donde estaban sus compañeros

--Molly, Molly. No recuerdo que la mencionara. Será alguna amistad recobrada.

Pero algo en su interior encendió una voz de alarma. ¿ Por qué se sentía tan defraudada? La hubiera gustado explicar a Michael su nuevo trabajo y contarle todos los proyectos a emprender, pero no hubo oportunidad. Eso la dolía

--Es jóven, lo ha pasado mal, es lógico que quiera divertirse. Pero, ¿ por qué no me habló de ella? Claro, también tendrá sus secretos, su intimidad sólo para él

--¡ Vamos Evelyn, te estamos esperando

--Ya voy, perdonad tenía que hacer una llamada antes de partir. Perdonadme.

Se acomodó en el asiento y se dispuso a viajar hasta Africa. Siempre había soñado con hacer un reportaje como ese, y al fin podía cumplir sus deseos.





Cansada trató de dormirse. Tenían muchas horas aún de vuelo. Y por fin su llegada a Nairobi. El viaje había sido largo y pesado, pero ya estaban allí. A la salida del aeropuerto les aguardaba un minibus en el que serían trasladados al hotel. Allí podrían instalarse y organizar el trabajo del día siguiente.
A su paso por las calles de la ciudad iba sacando fotografías, deformación profesional (pensó)


Nairobi

Cuando llegaron al hotel cada uno se dirigió a su habitación para instalarse. La de Gregory era la contigua a la suya. Quedaron en que al día siguiente se reunirían temprano para trazar el plan de ruta y a continuación emprender el viaje hacia el Parque.

Evelyn en cuanto estuvo instalada pidió que la subieran algo de fruta para cenar. Se daría un baño relajante y después se acostaría. Estaba francamente cansada después de tanto viaje seguido.
Sonó el despertador a las seis de la mañana y de un salto, algo desorientada, se puso en pie. Se vistió con pantalón bermuda y una blusa de tela ligera. Hacía calor y el día se auguraba largo y excitante. Quedaron todos en la cafetería del hotel. Cuando bajó solamente estaba Gregory.

--¿Has descansado bien?

---¡ Oh si, estaba rota de cansancio. Sólo me he enterado cuando ha sonado el despertador.

--¿Te puedo hacer una pregunta personal?

--Claro, tú hazla. Ya veré yo si la respondo.Gregory soltó una carcajada, y prosiguió.¿Quién es esa persona que ha despertado tanto interés en ti?

--Es un buen amigo, y quería despedirme de él antes de partir. Es escritor, muy famoso, pero estaba de vacaciones y no pude hablar con él. A propósito si alguna vez tuviera un accidente estando trabajando, por favor a visar a cualquiera de estas dos personas. Son toda mi familia.

Evelyn escribió en un papel los nombres de Tom y Michael con sus respectivos teléfonos, y se lo egtregó a Gregory.

--¿Cómo se llama tu amigo el escritor?

--Michael Owen

--¿Owen? En verdad que es famoso, pero lleva tiempo en el dique seco

--Ya no, respondió Evelyn. Pronto tendrás noticias suyas. ¿Eres seguidor de él?

--Si he leido algo.

--Buenos días, buenos días ,buenos días. Dijo alegremente el cámara que acompañaría a Evelyn en el reportaje.

La relación con Tom, pasado un tiempo había mejorado. El permanecía soltero y conquistador, pero le apreciaba y de vez en cuando se veian y cenaban juntos cuando el trabajo de ambos se lo permitía.

Llegaron al Parque y la belleza de las imágenes sorprendió a todos. El equipo estaba a costumbrado a ver maravillas de la naturaleza, pero Evelyn era su primera experiencia. Estaba enloquecida tomando fotos tanto de día como de noche. Nada le parecía suficiente. Se instalaron en un hotel cercano al Parque, creado exclusivamente para el turismo. Los atardeceres y por la noche con la luna eran tan magníficos que no podía por menos de recordar a Michael y pensaba:

--Seguro que si lo viera, sacaría un nuevo libro con un romántico argumento

¿Por qué se acordaba de Michael y no de Tommy, que es lo que la pasaba?. Un pensamiento acudió a su cabeza que rechazó inmediatamente. No, no. Me gusta como amigo, pero nada más. Le echo de menos, eso es todo.














Estuvieron casi una semana filmando la inmensa sabana africana y las bellezas de los paisajes en los atardeceres, acunados por los cánticos de los nativos africanos.

De regreso a Nueva York y al día siguiente de su llegada, se reunieron en la oficina para analizar todo el material obtenido. Entre charlas, anécdotas, y propuestas, hasta bien entrada la noche.

A Evelyn le apetecía dar un paseo. Estaba satisfecha con su trabajo, pero enfadada y dolida con Michael al no haber contestado ni a una sola de sus llamadas. Decidió ir a la Quinta Avenida. Le apetecía que la diera el aire después de tanto calor sufrido. Se detuvo delante del escaparate de una librería, y allí en primer término estaba su libro "Extraña aventura"

Se detuvo observando la portada en la que se podía ver como fondo algo diseminado, un automovil y en la contraportada el retrato de un sonriente y guapísimo Michael.
El corazón le dió un pinchazo y decidió entrar a comprar un ejemplar.Extrañada averiguó el porqué de tanta gente

--Está el autor firmando ejemplares

La respondió una amable señora de mediana edad. Decidió ponerse en la fila con su libro recién comprado.



Molly

Cuando llegó su turno, Michael ni siquiera levantaba la cabeza de las páginas del libro y preguntó mecánicamente, al tiempo que giraba su cabeza para decir algo a una muchacha que permanecía de pie junto a él:

--Por favor su nombre

--Pequeña, mi nombre es Pequeña

Rápidamente, él volvió la cabeza en dirección de la voz y su asombro fué mayúsculo cuando vió a Evelyn frente a él.

--¡ Hola, Micky! ¿Tendré que venir a que me firmes un libro para poder hablar contigo?

--¿ Qué dices? tú siempre podrás hablar conmigo y en cualquier lugar.

Evelyn sonrió y miró a la muchacha que se integraba en la coversación:

--Tú serás Molly, seguro
--Si, y tú Evelyn ¿me equivoco?
--No, no te equivocas. Pero bueno veo que estáis muy ocupados y yo tengo que irme. Ya os veré con más tranquilidad.
--Evelyn no te vayas¿Dónde has estado? estás muy morena
--En Kenia, ¿no te lo dijeron?, te dejé un mensaje antes de irme. Pero bueno ya no importa. Bueno chicos, os dejo que tengo prisa.

Les dió un par de besos a cada uno y salió de la librería rápidamente con una angustia que le atenazaba

--He perdido a mi amigo..., pensó.

Salió de la librería con un tremendo disgusto interior. Intuia que todo había cambiado entre Micky y ella. Ya nunca sería lo mismo: había una preciosa muchacha en su vida, y ya se sabe "tres son multitud

Molly era una muchacha de una familia muy acomodada que entró a trabajar en la editorial por pura distracción. Estaba en el departamento de investigación. Hasta allí llegó un día un escritor que andaba buscando documentos para comenzar una novela. La afinidad entre los dos jóvenes fué instantánea. Ella era una chica preciosa, simpática y muy extrovertida. El había conseguido un gran éxito con su primera novela y estaba nominado para el premio Pullitzer.
Era un rumor de toda la editorial que Michael, que así se llamaba el escritor, y la editoria jefe "tonteaban".
Molly, le observó con curiosidad sabedora de lo que todos sus compañeros murmuraban a espaldas del escritor



--¡ No me extraña ! es muy guapo, murmuró.




Molly







Ella le ayudó en la búsqueda de la documentación y él en agradecimiento la invitó a comer. Siguieron viéndose en las oficinas, pero un día Michael la propuso salir a cenar. Y así comenzaron una amistad, que tiempo más tarde fructificó en romance.
Michael fué presentado a la familia de Molly el día de su cumpleaños. Cuando llegó frente a la casa, se quedó asombrado de lo suntuoso del edificio: Una casa típica de estilo victoriano.

--Oh la,la...exclamó antes de que le franquearan la puerta

Las presentaciones le agobiaron, y eso que Molly lo hizo como un buen amigo. Michael comprobó la diferencia del status social en el que se desenvolvía ella, y aquello le violentaba: era gente demasiado remilgada y aparente. A él le gustaba todo más natural, más normal y cercano.
Un día Molly le comunicó que tendrían que acudir a una gran fiesta social de un amigo de su padre que colaboraba grandemente en la campaña de elecciones para senador de su hemano mayor. Molly tenía tres hermanos, con ella.
Existía entre ellos algún distanciamiento debido a que cada vez acudían a más actos sociales y cada vez pasaban menos tiempo juntos. Tenía la impresión de que Molly le exhibía como un trofeo. Acababa de conseguir el Pullitzer. A Michael eso no le gustaba; tenía la impresión de que su novia le utilizaba en beneficio del hermano.
Se estaba preparando para acudir al evento correspondiente a ese día, cuando recibió la llamada de su editora. Le llamaba a nivel personal reclamándole el tiempo que hacía que no iba por la editorial y necesitaba verle y pasar un rato con él






--Tú sabes que tengo novia y debo asistir con ella a un acto social
--¿Dónde está el Michael transgresor que nunca se vendería a las clases pudientes, y siempre expresaría sus ideas progresistas? ¿No te das cuenta que te exhibe como un "mono de feria?
--Dejemos esta discusión que no nos lleva a ningún sitio. Yo amo a Molly y la haré mi esposa en cuanto me sea posible
--¿En cuanto te sea posible? Nunca conseguirás la fortuna que tiene esa gente. Creo que has perdido tu identidad. La identidad del Michael que yo conocí y que llegaba al corazón de las gentes porque expresaba los sentimientos afines a ellos. Lo de ahora es un mundo artificial que no te pertenece. Date cuenta de ello pronto, de lo contrario cuando quieras reaccionar será demasiado tarde. Siento perder tu afecto; me vas a dejar en muy mal lugar ¿acaso no sabes el rumor que circula por la redacción? Bueno te dejo, sigue poniéndote tu smoking que pronto tocarán en tu puerta para acudir al fiestón de hoy. Y colgó, sin más.

La conversación caló en la cabeza de Michael:

--Tiene razón, aunque no me guste, tiene razón. ¿En qué me he convertido? Yo deseaba escribir más que nada en el mundo y ahora con tanta fiesta y tanto acto social, no tengo tiempo de nada y tardo más de la cuenta en escribir una página. Por otro lado, ya no es tan fuerte la pasión que siento por Molly. La quiero, si, pero...

El teléfono sonó y la voz de Molly se escuchó al otro lado:

--Michael ¿estás ya? dentro de veinte minutos pasamos a recogerte
--Molly, Molly, espera. no voy a acudir a esta fiesta.
--¿Cómo?
--Lo que has oido, se acabaron las fiestas y los actos sociales. Yo soy escritor y me debo a mi profesión y desde que salimos juntos no hago otra cosa más que acudir a eventos que ni me van ni me vienen.
--¿Cómo dices?
--Mira, no es cuestión de estar discutiendo por teléfono. Tenemos que hablar, despacio y replantearnos lo nuestro. He decidido dedicarme a lo mío y no hacer propaganda para ser senador, eso lo dejo para los políticos. Lo mío es narrar historias con las que la gente se identifica.
--Michael, no me hagas esto. Yo me comprometí que acudiría contigo
--Pues pon la excusa que quieras, pero no voy a acudir a esa fiesta, es mi última palabra.
--Si no vienes conmigo, no volverás a verme nunca más




--Es tu decisión, lo sentiría pero eso es lo que voy a hacer.


Al colgar el teléfono Michael sabía que algo se había roto definitivamente en su relación con Molly, algo importante muy difícil de restablecer.
Ella dejó de acudir al trabajo, y pasado un tiempo Michael comenzó su relación con Katty y de esta manera los hechos nos llevan al comienzo de la historia.

Evelyn llegó bastante disgustada al hotel, pero entró en la cafetería. No le apetecía encerrarse en su habitación a solas con sus pensamientos. Pidió un café y comenzó a hojear las hojas de aquel libro. Miraba de vez en cuando la contraportada y el rostro de un sonriente Michael, parecía saludarle desde el papel. De momento no había otro proyecto que realizar por lo que regresó a su casa. Sabía que le iba a costar acostumbrarse a la pacífica vida de Staten Island, pero necesitaba volver.
Al cabo de tres días una llamada por teléfono cuando ya era tarde, la sobresaltó
 
--¡ Hola, Evelyn !
--Gregory, ¿qué ocurre?
--Nada, nada, no te alarmes. Sólo que te echo de menos y ya que no puedo verte, al menos escuchar tu voz.
--Evelyn rompió a reir. ¡ Pero si me has gruñido todo lo del mundo ! ¡ Si no me dejabas vivir !
--Porque quiero que seas la mejor, y créeme vas camino de ello. Pero no es para regalarte los oidos para lo que te llamo necesito verte. Tengo que hablar contigo pero no lo puedo hacer por teléfono.¿Te parece que nos veamos en este fin de semana?
--Si claro, ¿de qué se trata, de algún nuevo destino?
--No, es algo más personal
--No te entiendo, Gregory, ¿te ocurre algo, estás enfermo?
--Evelyn, ya tengo una edad en que los romanticismos no ha lugar y tu sabes que yo voy al grano. No creo pasa inadvertido el interés que siento por ti y no es profesional precisamente.Lo que quiero hablar contigo es que me interesas mucho y te iba a proponer que te casaras conmigo. Se que tú estás enamorada de otra persona, pero estás sola y yo también. No te ofrezco el romanticismo que Michael te pueda brindar y que tu deseas, pero a cambio te ofrezco comprensión, cariño y protección, además de compañía. Profesionalmente seríamos un tándem perfecto: mi experiencia y tu creatividad. Pero bueno, creo que todo esto lo hablemos personalmente.
--Gregory, interrumpió ella. No es necesario. Te agradezco el generoso ofrec imiento que me haces, pero tu sabes que no funcionaría. Probablemente sí, por tu parte, pero no por la mía. Tú lo has dicho. Yo no lo sabía, pero efectivamente Michael ocupa mi corazón, y será siempre así aunque sea imposible, porque él me ve simplemente como una hermana, pero yo no puedo engañarte. Te quiero como a un excelente amigo, pero no podría ofrecerte la clase de amor que en definitiva es el que buscas. Ni siquiero me imagino haciendo vida marital. No, Gregory, es imposible. Como amigo, hermano, todo el cariño del mundo y respeto que sabes te tengo, pero no puedo darte nada más. Lo siento.



El guardó silencio y respondió
 
 
--Ya veo ¿es tu última palabra?
--Si y sabes que por ésto no deberíamos perder nuestra relación de amistad.
--Bien, he fracasado como amante, pero seré un profesor y jefe más duro de lo que puedes imaginar. No, como amigo nunca me perderás; siempre estaré ahí por si me necesitas. Seré el hombro en el que te puedas apoyar si necesitas llorar.
--Gracias, gimió Evelyn,Eres generoso y un buen hombre. Perdóname pero no mando en mis sentimientos. No sé qué demonios me pasa que siempre me enamoro del hombre equivocado, soy un desastre...
--No, no tienes la culpa. Eres un ser sensible, nada más. Quizás por eso me he enamorado de ti. No te arrepientas de entregar tu corazón a alguien, aunque esté tan ciego que no sepa lo que deja atrás. Bueno Eve (¿te importa que te llame así?) voy a dejarte, tengo que trabajar. Un día me acercaré a tu casa a verte, si no te importa, claro.
--Sabes que estaré encantada y hasta te prepararé una comida especial. Ambos rieron y cortaron su comunicación.


A la mañana siguiente recordando su conversación con Gregory decidió ir a dar un paseo y sin darse cuenta encaminó sus pasos hasta la que hace algún tiempo fué la casa de Michael. Se paró frente a ella reviviendo los momentos que ambos habían vivido juntos cuando su relación era de buena amistad.Decidió ir a comprar el periódico. Echó una ojeada a la prensa y de repente en una de las revistas de sociedad, vió una fotografía que la dejó sin respiración: a toda plana había una fotografía de Molly y Michael, cuyo encabezamiento decia:
COMPROMISO DEL ESCRITOR CON UNA SEÑORITA DE LA ALTA SOCIEDAD
No podía creérselo, ni siquiera había tenido la delicadeza de comunicárselo personalmente.

--No era tan buen amigo como yo creia.En fin, lo presntí en cuanto les vi juntos. No voy a llamarle, no voy a decirle nada. A partir de hoy todo ha terminado.


Tommy
Cuando llegó a casa tiró sobre la mesa la prensa que había comprado y se derrumbó en el sofá llorando desconsoladamente. No tenía ni siquiera el consuelo de hablar con Tommy. Se había inscrito en Médicos sin Fronteras y estaba lejos ejerciendo su profesión.Tampoco él había encontrado su media naranja, después de estar con varias mujeres. Tomó la decisión una tarde viendo unas imágenes de unos niños africanos desnutridos. Se lo comunicó a Evelyn y al cabo de unos días tomó un avión que le condujo a Somalia.
--Pero Tommy, es una zona muy peligrosa. Los señores de la guerra campan por sus respetos por todo el pais.
--Ya lo sé, pero es ahí donde necesitan ayuda, y yo estoy cansado de ir de acá para allá, buscando no sé qué cosa. Quiero decirte que el mayor error de mi vida, fué romper nuestra relación, pero en aquella época mi cariño era de hermano y no de un posible marido.
--Ya lo sé, ya lo sé. Todo aquello pasó: perdí un novio, pero al cabo del tiempo he ganado un espléndido amigo que me conoce, sabe mis defectos y mis virtudes, y sobretodo me comprende. Cuídate mucho, por favor, cuídate.
Esperó la llamada de Tommy anunciándole que había llegado a su destino y que todo estaba moderadamente normal. Reflexionó y tomó una decisión: se haría corresponsal gráfico de guerra. Algo que le había apasionado desde siempre.

Preparó su equipaje y al día siguiente tomó rumbo a Nueva York. Dejaría su puesto en National y sería reportera independiente de zonas en conflicto. No buscaba dinero, había ahorrado puesto que el sueldo que ganaba era alto y tenía reservas, por lo tanto podría aguantar para vender sus trabajos en alguna agencia, pero necesitaba irse de allí, necesitaba dar salida a su frustación y olvidarse de Michael. Buscaba el peligro, necesitaba hacer algo que mantuviera su cabeza constantemente ocupada y el librarse de algún tiroteo o presenciar escenas extremas, no le harían pensar en el escritor.

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