CUESTION DE LETRAS - Capítulo 3º / BUENOS AMIGOS
Los días habían pasado y tanto Evelyn como Michael se habían enfrascado cada uno en sus respectivos trabajos. No se habían vuelto a ver en dos semanas, tan sólo habían hablado por teléfono un par de veces.
Evelyn había recibido contestación a su solicitud de trabajo en la revista National Geografic, y la respuesta era excelente. La pedían se personara en las oficinas de Nueva York con algún trabajo realizado.
Estaba loca de contenta; al fin iba a realizar su sueño. Su noviazgo con Tom, había pasado página y ahora lo que deseaba era poder ser una corresponsal . Era lo que más la entusiasmaba
Deseosa de comunicárselo a su amigo, descolgó el teléfono y marcó el número de Michael:
--¿Si?
--Micky, soy Pequeña. ¡¡¡ He recibido contestación, me aceptan !!!
--¡Fantástico ! Me alegro muchísimo, mucho, mucho.
--Tengo que desplazarme a Nueva York. Me piden muestras de mis trabajos; no se si las que tengo serán suficientemente buenas...
--¡ Claro que lo son ! Son magníficas. ¿Cuando te marchas?
--Pasado mañana. Estoy tan contenta...
Siguieron hablando de todo lo que habían hecho durante el tiempo que no se habían visto, y al cabo de un rato dieron la conversación por terminada.
Empezó a ver los trajes con los que contaba. Tenía que presentarse elegantemente, sin excesos, pero bien. Esa noche le costó conciliar el sueño y ya avanzada la madrugada pudo quedarse dormida.
Al volante de su coche emprendió el viaje rumbo a Nueva York con el corazón henchido de alegría y esperanza:
--Me tiene que salir bien, me haré con este trabajo que tanto deseo
Y llegó frente a las oficinas después de dejar el coche en un aparcamiento próximo. Con el álbum de sus trabajos bajo el brazo, se encaminó al vestíbulo central e indagó el piso a dirigirse.
Frente al mostrador de la planta sexta, había una chica rubia y simpática que le indicó que ya la esperaban.
Tocó a la puerta y un hombre de mediana edad, con aspecto desaliñado, como de aventurero, la franqueó la entrada. Más tarde supo que era el director artístico, o sea la persona que habría de examinarla: su jefe.
Algo nerviosa, extendió el libro para que pudiera ver los trabajos que llevaban su firma, y espero pacientemente, no sin nervios, a que la dieran el veredicto.
Después de un rato, que a ella le pareció eterno, el director artístico levantó la mirada y con una sonrisa la comunicó:
--Señorita, el puesto es suyo. Pero antes debemos concretar algunas cosas. Por ejemplo: ¿tiene disponibilidad de tiempo, ataduras familiares, vehículo propio. Estaría dispuesta a viajar a cualquier lugar del mundo si se lo solicitamos?
--Evelyn contestaba afirmativamente a todo lo requerido, y a medida que afirmaba, su jefe extendía más su sonrisa
--Bueno, ahora hablaremos de sueldo. He de decirle que de primeras y hasta que veamos su forma de trabajo, la enviaremos por aquí, me refiero dentro del pais, y claro el sueldo no será el mismo que cuando viaje al extranjero. Ahora ganará dos mil dólares mensuales y dietas si es que sale de su domicilio habitual, más gastos de traslado tanto si es en su vehículo o decide otro medio de transporte. Firmará un contrato con una cláusula en la que se compromete a trabajar en exclusiva para nosotros, de otra forma incumplirá lo pactado y podremos demandarla. Y siguió enumerando un montón de cosas a las que ella fué dando su vistobueno.
--De momento eso es todo. Tendrá que hacer un reportaje en Dakota, sobre las cabezas de los presidentes.
Parece ser que se están deteriorando y una organización ecologista nos demanda colaboración. Así que esa será su primera misión y ha de ser muy pronto, cuanto antes.
Salió feliz de las oficinas después de firmar el contrato. Lo primero que hizo fué comunicárselo a su gran amigo Michael:
--Micky, soy yo. ¡ Lo he conseguido! empiezo ya. Mañana mismo y el sueldo es bueno. Claro que ganaré más cuando me hagan corresponsal oficial. De momento estoy a prueba hasta ver mis trabajos realizados en sus encargos.
Estoy tan contenta, que lo primero que he hecho ha sido llamarte y después iré a la Quinta Avenida, a un buen restaurante y después buscaré un hotel en donde dormir, y después no sé si saldré desde aquí para Dakota o pasaré antes por casa. Estoy tan nerviosa, que no puedo ni pensar. Voy a colgar. Muuua, le envió un beso por teléfono.
-¿Sabes? sin ti no lo hubiera conseguido. Tu me has infundido el ánimo necesario para emprender esta aventura. Eres mi mejor amigo y consejero. Te quiero ¿lo sabes?
--Anda loca. No me has dejado decirte lo mucho que me alegro. Yo también tengo una sorpresa para cuando regreses. Serás la primera que lea mi nuevo best seller, porque lo va a ser. Has sido mi inspiración, tú has sido el artífice de mi vuelta. El agradecido soy yo. Bueno anda, que tienes muchas cosas que hacer. Ya me lo contarás todo cuando regreses.
Regresó esa misma noche a su casa, pero antes hizo una parada en casa de Michael para verle y contarle todo lo que había pasado en su viaje a la capital.
Michael abrió la puerta y se abrazaron dando vueltas y riendo como dos chiquillos.
--Cuéntame, cuéntame todo sin omitir ni una coma
Evelyn le detalló todo lo que había ocurrido en las oficinas de National y él la escuchaba con muchísima atención. Cuando hubo terminado, se levantó y tomando entre sus manos la cabeza de ella la dió un beso en la frente. Era como si se lo diera a su hermana pequeña, pero algo especial ocurrió dentro de Evelyn, que desconcertada rompió a reir.
--Y ahora a ver que tienes que contar tú.
--Mira
Puso ante ella un montón de hojas escritas en fotocopias y numeradas.
--No me diagas que has terminado tu novela...
--Exactamente y tu vas a ser mi primer crítico. Prepararé algo de cenar y mientras, si quieres vas leyendo algo, porque sabes lo que he pensado: me voy contigo mañana a la capital. Tú tomas un avión a Dakota y yo entrego la novela en mi editorial ¿ qué te parece?
--¿Estás seguro, no sería mejor que lo enviaras con un mensajero? No creo que aún estés preparado para ver a tu editora sin que algo en tu interior se revuelva.
--No, me tengo que enfrentar a ello, y creo que estoy preparado.
Cenaron y pasaron toda la noche leyendo, al final Evelyn emocionada, le dijo:
--Mira ya está saliendo el sol. Es preciosa, magnífica. Algo de lo que aquí narras me es conocido. ¿Es por eso que dices que he sido tu inspiración?. Me siento muy orgullosa si es cierto, y te he servido de ayuda ¿Cómo la llamarás?
--Se llamará "Extraña aventura". ¿Te gusta?
--No habrías podido elegir un nombre mejor. Y ahora me voy, tengo que preparar todo.
--Pasaré a por ti ¿dentro de una hora?
--Perfecto. Procuraré darme prisa y no hacerte esperar. Estoy tan emocionada que aún no me lo creo.
Evelyn había recibido contestación a su solicitud de trabajo en la revista National Geografic, y la respuesta era excelente. La pedían se personara en las oficinas de Nueva York con algún trabajo realizado.
Estaba loca de contenta; al fin iba a realizar su sueño. Su noviazgo con Tom, había pasado página y ahora lo que deseaba era poder ser una corresponsal . Era lo que más la entusiasmaba
Deseosa de comunicárselo a su amigo, descolgó el teléfono y marcó el número de Michael:
--¿Si?
--Micky, soy Pequeña. ¡¡¡ He recibido contestación, me aceptan !!!
--¡Fantástico ! Me alegro muchísimo, mucho, mucho.
--Tengo que desplazarme a Nueva York. Me piden muestras de mis trabajos; no se si las que tengo serán suficientemente buenas...
--¡ Claro que lo son ! Son magníficas. ¿Cuando te marchas?
--Pasado mañana. Estoy tan contenta...
Siguieron hablando de todo lo que habían hecho durante el tiempo que no se habían visto, y al cabo de un rato dieron la conversación por terminada.
Empezó a ver los trajes con los que contaba. Tenía que presentarse elegantemente, sin excesos, pero bien. Esa noche le costó conciliar el sueño y ya avanzada la madrugada pudo quedarse dormida.
--Me tiene que salir bien, me haré con este trabajo que tanto deseo
Y llegó frente a las oficinas después de dejar el coche en un aparcamiento próximo. Con el álbum de sus trabajos bajo el brazo, se encaminó al vestíbulo central e indagó el piso a dirigirse.
Frente al mostrador de la planta sexta, había una chica rubia y simpática que le indicó que ya la esperaban.
Tocó a la puerta y un hombre de mediana edad, con aspecto desaliñado, como de aventurero, la franqueó la entrada. Más tarde supo que era el director artístico, o sea la persona que habría de examinarla: su jefe.
Algo nerviosa, extendió el libro para que pudiera ver los trabajos que llevaban su firma, y espero pacientemente, no sin nervios, a que la dieran el veredicto.
--Señorita, el puesto es suyo. Pero antes debemos concretar algunas cosas. Por ejemplo: ¿tiene disponibilidad de tiempo, ataduras familiares, vehículo propio. Estaría dispuesta a viajar a cualquier lugar del mundo si se lo solicitamos?
--Evelyn contestaba afirmativamente a todo lo requerido, y a medida que afirmaba, su jefe extendía más su sonrisa
--Bueno, ahora hablaremos de sueldo. He de decirle que de primeras y hasta que veamos su forma de trabajo, la enviaremos por aquí, me refiero dentro del pais, y claro el sueldo no será el mismo que cuando viaje al extranjero. Ahora ganará dos mil dólares mensuales y dietas si es que sale de su domicilio habitual, más gastos de traslado tanto si es en su vehículo o decide otro medio de transporte. Firmará un contrato con una cláusula en la que se compromete a trabajar en exclusiva para nosotros, de otra forma incumplirá lo pactado y podremos demandarla. Y siguió enumerando un montón de cosas a las que ella fué dando su vistobueno.
--De momento eso es todo. Tendrá que hacer un reportaje en Dakota, sobre las cabezas de los presidentes.
Parece ser que se están deteriorando y una organización ecologista nos demanda colaboración. Así que esa será su primera misión y ha de ser muy pronto, cuanto antes.
--Micky, soy yo. ¡ Lo he conseguido! empiezo ya. Mañana mismo y el sueldo es bueno. Claro que ganaré más cuando me hagan corresponsal oficial. De momento estoy a prueba hasta ver mis trabajos realizados en sus encargos.
Estoy tan contenta, que lo primero que he hecho ha sido llamarte y después iré a la Quinta Avenida, a un buen restaurante y después buscaré un hotel en donde dormir, y después no sé si saldré desde aquí para Dakota o pasaré antes por casa. Estoy tan nerviosa, que no puedo ni pensar. Voy a colgar. Muuua, le envió un beso por teléfono.
-¿Sabes? sin ti no lo hubiera conseguido. Tu me has infundido el ánimo necesario para emprender esta aventura. Eres mi mejor amigo y consejero. Te quiero ¿lo sabes?
--Anda loca. No me has dejado decirte lo mucho que me alegro. Yo también tengo una sorpresa para cuando regreses. Serás la primera que lea mi nuevo best seller, porque lo va a ser. Has sido mi inspiración, tú has sido el artífice de mi vuelta. El agradecido soy yo. Bueno anda, que tienes muchas cosas que hacer. Ya me lo contarás todo cuando regreses.
Regresó esa misma noche a su casa, pero antes hizo una parada en casa de Michael para verle y contarle todo lo que había pasado en su viaje a la capital.
Michael abrió la puerta y se abrazaron dando vueltas y riendo como dos chiquillos.
--Cuéntame, cuéntame todo sin omitir ni una coma
Evelyn le detalló todo lo que había ocurrido en las oficinas de National y él la escuchaba con muchísima atención. Cuando hubo terminado, se levantó y tomando entre sus manos la cabeza de ella la dió un beso en la frente. Era como si se lo diera a su hermana pequeña, pero algo especial ocurrió dentro de Evelyn, que desconcertada rompió a reir.
--Y ahora a ver que tienes que contar tú.
--Mira
Puso ante ella un montón de hojas escritas en fotocopias y numeradas.
--No me diagas que has terminado tu novela...
--Exactamente y tu vas a ser mi primer crítico. Prepararé algo de cenar y mientras, si quieres vas leyendo algo, porque sabes lo que he pensado: me voy contigo mañana a la capital. Tú tomas un avión a Dakota y yo entrego la novela en mi editorial ¿ qué te parece?
--¿Estás seguro, no sería mejor que lo enviaras con un mensajero? No creo que aún estés preparado para ver a tu editora sin que algo en tu interior se revuelva.
--No, me tengo que enfrentar a ello, y creo que estoy preparado.
Cenaron y pasaron toda la noche leyendo, al final Evelyn emocionada, le dijo:
--Mira ya está saliendo el sol. Es preciosa, magnífica. Algo de lo que aquí narras me es conocido. ¿Es por eso que dices que he sido tu inspiración?. Me siento muy orgullosa si es cierto, y te he servido de ayuda ¿Cómo la llamarás?
--Se llamará "Extraña aventura". ¿Te gusta?
--No habrías podido elegir un nombre mejor. Y ahora me voy, tengo que preparar todo.
--Pasaré a por ti ¿dentro de una hora?
--Perfecto. Procuraré darme prisa y no hacerte esperar. Estoy tan emocionada que aún no me lo creo.
Salió corriendo como una cria y él la vió ir con una amplia sonrisa. Al fin todo empezaba a arreglarse para ambos.
A la hora fijada, Michael desde su coche tocaba el cláxon para avisar a Evelyn de que había llegado. Ella se asomó a una ventana y le dijo:
--Ya voy, un segundo por favor.
Recogió la maleta y el bolsón de mano, comprobando que llevaba el pasaporte, el billete, en fin todo lo que precisaría. Estaba nerviosa, iba a comenzar su gran aventura.
--¡ Oh Dios mio !, me olvidaba la máquina y la filmadora. Por Dios, qué nerviosa estoy.
Salió sonriente arrastrando su maleta. Michael se apeó y la ayudó a meter en el portaequipajes la maleta junto a la suya. Hecho ésto, ambos se dirigieron a sus respectivos asientos, al tiempo que Michael gritaba:
--Cuidado Nueva York, vamos a por ti... Ja,ja,ja,
Cuando llegaron se dirigieron directamente al aeropuerto. Embarcaría en el primer vuelo que saliera para Dakota. Ambos se abrazaron, se desearon los mejores augurios y se separaron. Michael la vió entrar en el túnel que la conduciría hasta su avión y sonrio con una sonrisa tierna, como de hermano mayor, como si ella fuera la primera vez que viajaba:
--Es absurdo, es mayorcita y no es mi hermana, simplemente una muy buena amiga. Quisiera protegerla porque la veo muy vulnerable, pero tiene que ser ella la que remonte el vuelo. Y lo hará, es valiente; lo hará muy bien.
Dió media vuelta y se dirigió al aparcamiento a recoger su coche y posteriormente llevar su libro a la editorial.
El imponente edificio de la editorial se erguía frente a él. Habian pasado muchos meses desde el día en que salió refunfuñando de allí. ¿Qué sentiría frente a Katty, estaría curado de su influencia?
Muchas cosas habían pasado desde entonces y creía estar preparado para enfrentarse a ella. Llevaba bajo el brazo una buena obra y ese sería un fuerte argumento como defensa.
Subió hasta la planta de su editora y tocó suvemente a la puerta.
--Adelante, una voz femenina le respondió
-- ¡ Vaya, vaya, vaya Si es nuestro desaparecido Michael. Ja,ja,ja ¿Cómo estás? No sabes la alegría que me das porque eso es señal de que me traes algo, ¿cierto?
--Pues si, te traigo un libro que va ir directo a los Pullitzer. Leélo y ya me contarás. ¡ Ah ! parte de él es biográfico. Aunque no lo creas me ha pasado.
Charlaron largo rato de todo lo que habían hecho en el tiempo de su separación, y decidieron seguir hablando mientras comían en un céntrico restaurante.
--Esta misma noche me pongo a leer tu libro. Me tienes muy intrigada.
Pasada la larga sobremesa que sostuvieron, Michael se encaminó a su apartamento, recordando lo que había cambiado su vida desde que partió hace meses.
Miró la fachada del magnífico edificio en donde vivía y le notó extraño. Se había acostumbrado a la tranquila paz del que había sido su hogar hasta ese día. Los recuerdos que había vivido en Staten Island, habían sido muy enriquecedores, además de haberle proporcionado la satisfacción inmensa que ahora sentía tras haber recuperado su creatividad.
Entró en el apartamento que permanecía impecable tras los cuidados de Sonia (la asistenta) que lo cuidaba, y miró a su alrededor como si lo viera por primera vez. Su teléfono móvil sonó y atendió la llamada.
--Pequeña ¿eres tú?
--Pues claro ¿ a quién esperabas?. Ya estoy instalada en el hotel. Es cómodo y bonito. Mañana saldré a fotografíar algunas instantáneas y después iré a cumplir el encargo. Si lo termino pronto, quizás pasado mañana regrese a casa. Y a tí ¿cómo te ha ido?
--¿Te refieres si me he desmayado al ver a Katty? Pues has de saber que no, eso ya pasó. Hablamos del libro, comimos juntos y después cada uno a su casa. Yo acabo de llegar a la mía. Bajaré a la cafetería que hay abajo, tomaré un bocadillo y después me acostaré. Estoy cansado, ha sido un día muy intenso.
--Bueno, pues no te entretengo más. Como estarás reunido estos días, cuando llegue a casa te mandaré un correo por el ordenador, así no interrumpiré nada. Te mando muchos besos. Hasta pronto .
--Hasta pronto Pequeña...
Evelyn se vistió con ropa cómoda, pues pensaba estar todo el día trabajando a pie de calle y salió del hotel dispuesta a captar con su cámara lo interesante que pudiera ver.
Como tenía previsto finalizó su encargo ese mismo día, por lo que preparó todo para partir al día siguiente.Entregaría el trabajo a su jefe y esperaba le complacería lo realizado. Si terminaba pronto iría a buscar a Michael y al día siguiente partiría rumbo a su casa, en el pueblecito tranquilo hasta que la avisaran para un nuevo encargo.
Llego ante el edificio en donde Michael tenía su apartamento y preguntó al conserje el piso en que vivia, y éste le advirtió de que había salido hacía rato.
Sacó del bolso el teléfono y marcó el de Michael, pero éste estaba desconectado. Preguntó de nuevo al conserje si sabía cuándo regresaría. Ante la negativa del hombre, renunció a la sorpresa que le iba a dar y decidió ir a entregar sus trabajos.
Su jefe analizaba meticulosamente las fotografías que Evelyn le entregó. No las vió con el mismo detenimiento que las primeras mostradas. Ella escudriñaba su rostro para averiguar cuál sería su respuesta ante lo trabajado, pero una sonrisa la hizo respirar profundo:
--Me gusta, son perfectos. Preciosos, aceptados.
--Pensaba volver a mi casa, si no hay otro encargo para mí
--Si tenemos uno para la revista nuestra, pero no se si estará dispuesta a ir hasta alli
--¿Dónde es?
--En Kenia. Es para el reportaje sobre los Parques Naturales. Lo más probable es que en una sóla sesión lo termine, pero el viaje es muy largo.
--Acepto, no me importa. Me encanta, iré si lo cree oportuno
--Bien. Espere un momento, voy a por el guión y le daré las instrucciones.
Estaba loca de contenta : iba a ir a Kenia. Reflejaría toda la belleza de sus paisajes. Sería uno de sus mejores trabajos.
Decpero comprendió que él tenía que recobrar viejas amistades y estaría ocupado.
Pero la fué imposible contactar con él en el tiempo que tenía antes de partir hacia Kenia. Se disgustó, pero no podía hacer otra cosa. Recogió su equipaje y se fué a reunir con los miembros del equipo que viajarían hacia Africa.
idió que por lo inminente de la partida no podía irse a casa, por tanto se quedaría allí, ya que su partida sería al cabo de dos días.
Cuando llegó al hotel, volvió a llamar a Michael, pero seguía desconectado. Se entristeció un poco,
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