AMOR EN LA RED - Capítulo 3º / Una visita inesperada
Seguía muy atento todo lo que las tres chicas hablaban, pero continuó leyendo. Ingrid abonó la consumición y se marcharon rumbo al cine cercano como tenían proyectado. El hombre dobló el periódico y al cabo de un rato se levantó y también se fué.
Ingrid llegó tarde a su casa aquella noche. A la salida del cine pasearon por la Gran Vía que como siempre estaba llena de gente, principalmente turistas dispuestos a seguir las procesiones de la capital. Se sentó en el salón y mentalmente repasó la visita que Jack había hecho por la mañana. Sin saber por qué, se sentía incómoda con su actitud.
- Es un chico formal, educado y encantador. No me he comportado bien debido a mis absurdos prejuicios y, creo que las chicas tienen razón, es porque nunca me he enamorado y si Dios me ayuda, nunca lo haré
Pero es bien sabido que hay un refrán que dice : " el hombre propone y Dios dispone". Y Dios dispuso que se conocieran más ampliamente. La costó conciliar el sueño y por contra , se despertó temprano. No tenía planes para ese día; quizás llamara a sus amigas ó más bien se quedaría en casa. Hacía unos meses que por fin se había comprado el ordenador, así que buscaría en Internet, algo con lo que pasar el tiempo.
Con ropa cómoda se dispuso a entrar en Internet mientras desayunaba. Buscaba "cosas" al azar, más por curiosidad que por interés. Había transcurrido una hora aproximadamente, cuando oyó el timbre de la puerta. Con lentitud se levantó y fué abrir
- ¿ Quién será ?, es raro. No quedé ayer con las chicas y no espero a nadie. En fin, será alguien ofreciendo alguna enciclopedia
Abrió sin siquiera comprobar quién era la persona que llamaba, por eso se quedó sin saber qué decir cuando vió que al otro lado de la puerta aguardaba nuevamente Jack. Se recostó en ella dudando si debía abrirle
- ¿ Qué querrá ahora ? Ayer quedó muy claro todo...
- Abre Ingrid, por favor. Tengo que hablar contigo
Decidida franqueó la entrada a su visitante, nerviosa e inquieta. Todavía le duraba el sonrojo de su compòrtamiento del día anterior.
- ¿ Puedo pasar ?
-Si, claro. Perdona estoy tan extrañada de tu presencia aquí, que no me había dado cuenta. Pasa por favor y sígueme
Le condujo hacia la salita de la televisión, al tiempo que le ofrecía algo para tomar
- Un café si es posible - le dijo Jack
Ingrid se lo sirvió y dado que era aún temprano, le puso una bandejita con galletas y pastas por si quería acompañar el café con ellas
- Bien, pues tú dirás - le dijo a Jack
- Ayer estaba sentado en una cafetería de Gran Vía, y escuché una curiosa conversación que mantenían unas amigas. Una de ellas es hija de padres separados y por una especie de trauma que la produjo el divorcio , se niega a tener ninguna clase de relación con cualquier chico que se le acerque. Pienso que "eso" te suena ¿ no ?
- Pero. . . Yo no. . . te ví
- Lo sé y quiero que sepas que ahora comprendo todo lo que pasa entre nosotros. Pero has de saber que no pretendo una relación íntima, sino simplemente de amistad. ¿ Acaso tampoco quieres tener amigos masculinos? Porque eso me parecería una excentricidad tuya. A no ser que tengas miedo a tener una relación sentimental porque piensas que vas a perder tu independencia. Me agrada vuestra amistad, la de Marta y tuya, y no veo motivo por el que no podamos ser buenos amigos
- Tienes razón, pero lo pasé tan mal y estuve tan decepcionada que me costó mucho remontarlo. Por eso me juré a mi misma no tener relación con alguien que me produjera dolor.
- Bien, aclarado todo el problema ¿ qué piensas de ser amigos ? Con el mar de por medio e Internet, no creo se dé la circunstancia de tener otra cosas que no sea una simple charla entre amigos.
- Estoy de acuerdo y te agradezco tu comprensión, porque estoy muy avergonzada de mi comportamiento. Quiero que sepas que normalmente no soy así; me agrada el trato con la gente y soy bastante agradable, pero siempre pongo una barrera para que no me hagan daño.
- Muy bien. Todo olvidado ¿ de acuerdo ?
- Y, además de querer conocerme ¿ qué haces aquí?
- Ver la Semana Santa, si es que puedo. Sentía curiosidad por conocerla. He estado en España varias veces, pero durante el verano, en Ibiza
- ¡ No me digas que eres un chico de esos !
-¿ Qué chicos ?
- España igual a sol, alcohol y sexo. Esos chicos. La mayoría ingleses, llegan a nuestra costa para eso, para emborracharse hasta caer rendidos
- Nooo-dijo Jack riendo -, bueno hace muchos años, cuando empecé la carrera, si fuí uno de ellos. Pero duró poco; soy muy formal. Ahora tenía un motivo para venir y conocer las procesiones o alguna otra ciudad cercana a la capital, ya que sólo tengo hasta el domingo en que regresaré a Inglaterra
- Si lo deseas yo puedo ser tu guía turística. Las procesiones son al atardecer y si quieres conocer alguna ciudad cercana a Madrid, podemos salir por la mañana temprano y estar de regreso para ver los pasos
- ¿ Los pasos?
- Si, se llaman pasos. Es donde van las imágenes. Yo nunca voy a verlas, quizás porque las tengo a mano y puedo hacerlo siempre que quiera. Pero, nunca las he visto, así que me vendrá bien acompañarte.
Comenzaron una charla amena en la que estaban relajados, simplemente contaban anécdotas, ella de sus amigas, él de sus andanzas ibicencas. Reian y poco a poco notaban como estaban a gusto, simplemente charlando. Era la hora del almuerzo y Jack propuso a Ingrid, acudir a algún restaurante y seguir con sus charlas. Ella aceptó encantada. Se había esfumado la violencia del principio.
Jack insinuó le encantaría comida típica española, Ingrid aceptó y acudieron a un restaurante típico madrileño, al pié del Arco de Cuchilleros, en la judería de Madrid: Casa Botín. Allí degustaron un cochinillo asado, que a Jack le pareció néctar de dioses; nunca había comido nada igual. Al chico se le veía feliz y encantado con la compañía. De vez en cuando y cuando ella estaba distraida, él miraba su rostro: le encantaba Ingrid. Tenía el presentimiento de que iban a tener una buena amistad.
Ingrid
|
Durante el mes de Agosto, el trabajo era más relajado debido a que la mayoría de la gente tomaba sus vacaciones en este mes. Las chicas tenían jornada intensiva, con lo cual a las tres de la tarde, ya estaban libres. Llegaron a casa con calor y decidieron almorzar y después echarse una siesta. Irían al cine por la tarde, ya que al día siguiente entraban a trabajar muy temprano y no querían trasnochar.
Marta e Ingrid salieron cuando el sol ya no era tan fuerte
- Marta, Marta -, una voz masculina con ligero acento extranjero, atrajo la atención de las chicas
- ¡ Pero bueno ! ¿ qué haces aquí ? -, preguntó Marta al muchacho que tenía delante
Jack |
- He venido a un symposium por un par de días y he pensado que estaría bien conocernos. También me gustaría ver a Ingrid de esta forma podría ponerle cara al muñeco que tiene en FB
Marta iba a responder, cuando recibió un fuerte pisotón propinado por Ingrid, advirtiéndola de que no debía hablar. Ella en un primer instante no entendía aquello, pero lo comprendió cuando su amiga les dijo,
- Bueno, yo me voy. He quedado, lo siento. Encantada de conocerte.
Fué lo que dijo, y dejó a la pareja charlando en la calle. Se alejó deprisa. Quería alejarse de allí cuanto antes. Le había impresionado gratamente el muchacho, que no era otro que Jack pero no quería darse a conocer, no sabía muy bien por qué. Volvió la cabeza cuando estaba suficientemente lejos y miró, pero Jack y Marta ya no estaban allí, sin duda habrían ido a alguna cafetería.
Mientras desayunaban, a la mañana siguiente, Marta la reprochó que saliera como una exhalación sin darse a conocer
Ingrid |
Marta |
-¿ Por qué lo hicieste ? ¡ Era Jack !
- Ya lo sé. Recuerda que nos enseñaste una fotografía
- Francamente no te entiendo y, ¿ si le vuelves a ver, qué vas a decirle?
- No voy a volverle a ver. Hay una ocasión entre mil
- Yo no estaría tan segura. Recuerda que hasta mañana no se va. Quizás esta noche vuelva por aquí
- No lo digas ni en broma
- ¿ Pero por qué no quieres verle? Te estás chateando con él. Mejor en persona que no a través de un muñequito.
- Bueno ya está bien. Date prisa que llegaremos tarde
A Marta no le había parecido bien la actitud de su amiga, no lo entendía. A no ser que no la gustara el chico " ¡ pero si es una monada "!. Al día siguiente Jack tomó rumbo a Inglaterra. Se despidió telefónicamente de Marta ya que saldría muy temprano para el aeropuerto. Como era su costumbre, Ingrid no quiso ponerse con la excusa de estar en la ducha.
Las chicas zanjaron definitivamente el incidente. Jack tardó varios días en contactar con ellas, lo hizo como tenían por costumbre: Internet
- Quiero que sepas que en persona eres más linda que en la foto, y además me pareciste muy simpática. Lamento mucho no haber podido conocer a Ingrid, pero bueno qué vamos hacer . Si no te importa pásame con ella- es lo que comentó a Marta
- Desde luego, espera un segundo que la llamo. Te mando un saludo Jack. Tú también me pareciste un buen chico. Ciao
- Ciao Marta, ja, ja ,ja,
- ¡ Hola Jack ! ¿ estás bien ? Ya me comentó Marta que ´la habías visto. ¡ Cuánto siento no haber tenido oportunidad para ello !
- ¡ Hola Ingrid ! Yo también lo siento. Es muy difícil imaginar una persona sin conocerla; puedes pensar que es la más hermosa del mundo y luego la realidad sea otra. Aunque habiendo conocido a Marta, me puedo hacer una idea de cómo eres tú
- Marta es muy guapa. No tiene nada que ver conmigo, te lo aseguro
- ¿ Sigues queriendo no darte a conocer?
- Sabes que ésto no me gusta. Sigo por cortesía hacia ti, nada más
- Vaya, te lo agradezco. ¿ Sabes? estoy siguiendo un curso de español por Internet
- ¿ Pero tienes tiempo? Creo recordar que me comentaste estudiabas para una especialidad
- Si, en ello estoy, y es complicado, pero tengo que hacerlo. Pienso con el tiempo establecerme en Londres. Aunque este lugar me gusta. . ., pero algo solitario. De momento he solicitado plaza en el pequeño hospital de la ciudad cercana. Veremos si la consigo
- Seguro que si. Tienes voluntad y eres inteligente; sacarás la plaza. Yo debía terminar la carrera, pero tengo pereza, y por el momento seguiré así. Ahora deberás perdonarme, Marta necesita el ordenador. Hasta pronto Jack, cuídate
- Tú también, sweet
Jack |
Era la primera vez que la decía :" dulzura", y le agradó el piropo, que hizo sonriera
- No sé por qué no te compras un ordenador. El chico desea enormemente contactar contigo y, eso que no te conoce. Si te viera caería rendido a tus pies- comentó Marta
- Anda, anda, no seas boba - replicó Ingrid
Las conexiones eran más espaciadas, sin duda motivadas por las horas de estudio que Jack dedicaba, ó quizás por haberse dado cuenta de que Ingrid rehuía hablar con él. No lo comprendía. Siempre había sido correcto con ella, y además ni siquiera se conocían personalmente. Sin embargo él se sentía atraido hacia ella; esa especie de misterio que la chica le transmitía, hacía que sintiera un mayor interés por conocerla. Marta nunca le había hablado de que tuviera novio o estuviera saliendo con alguien. . . " en la primera oportunidad iré a conocerla", y la primera oportunidad sería en Semana Santa . Aún faltaban algunos meses para ello, pero estaba decidido, sólo que esta vez no comentaría nada.
Llegaron las Navidades y Marta hizo una escapada hasta Italia para reencontrarse con Giulio; conocería a su familia y, quién sabe si formalizarían su relación. Ambos se habían enamorado sin remedio y pensaban en casamiento para un año después.
Ingrid recibió un obsequio de parte de Jack y, lejos de agradarla le produjo disgusto. No la gustaba que el muchacho sintiera tanto interés por ella.
- Nunca tendré una relación formal, y mucho menos pensar en casarme o formar pareja con alguien. A mí no me ocurrirá
¿ A qué se refería ? Era hija de padres separados y aunque hacía tiempo de ello, aún recordaba los berrinches y la rebeldía que experimentó cuando le fué comunicada por ellos la inminente separación. Les quería enormemente, a ambos, pero nunca les perdonó su divorcio. Cada uno por su lado había encontrado una pareja nueva y eran muy felices. El trato entre ellos y sus parejas, sin ser íntimo, era de buena relación. Pero ella nunca les perdonó, creando un trauma en su forma de pensar y sentir: nunca se enamoraría de nadie. Tenía relaciones esporádicas con algún compañero de oficina ó con alguien que conociera en algún lugar, pero nunca pasaba de tener una simple amistad, sin ir más allá.
Con Jack le pasaba algo parecido, no terminaba de fiarse. La distancia era un gran impedimento " a saber qué vida hace en Inglaterra"-, es lo que pensaba creando una barrera enorme en su relación amistosa con el británico.
El tiempo pasaba sin que nada ni nadie lo alterase. Marta se casaría a finales de verano. Era tremendamente feliz y estaba muy enamorada. Giulio, correspondía a su amor en la misma medida. Sin embargo, Ingrid mantenía la misma actitud respecto a Jack: ni frío ni calor. Simplemente era una distracción. Se mantenía con él fria y distante, no quería crearle falsas espectativas y, de vez en cuando dejaba entrever en sus conversaciones que salía con algún chico, aunque no fuera verdad. Creía que de esa forma él no se haría ilusiones, y en cierto modo lo conseguía, pues Jack estaba alerta de que su posible relación con Ingrid era pura utopía.
En Abril sería Semana Santa y Jack preparaba su viaje a España. La excusa: conocer esa fiesta mundialmente famosa. Iría primero a Madrid a visitar a Ingrid y posiblemente después fuera a Andalucía, si le daba tiempo, y si Ingrid seguía mostrándose fria con él.
Procesión de Jesús de Medinaceli en Madrid |
Ingrid leia y de vez en cuando miraba la televisión en la que proyectaban una película acorde con la Semana Santa. No la gustaba la soledad, por tanto, siempre tenía la radio o la televisión, de esta manera oía ruido. Tenían vacaciones toda esa semana y el tiempo libre lo dedicaba a "vegetar," según decía ella.
El timbre sonó en el piso. Ingrid dejó la lectura y se dispuso a abrir la puerta, puesto que estaba ella sola. Frente a ella estaba Jack; ambos se miraban con rostro de extrañeza, sin poder articular palabra. " Dios mio ´¿ qué hago yo ?" - es lo que se preguntaba buscando alguna justificación. Pensaba a velocidad de vértigo, y optó, si Jack la reclamaba algo, decirle la verdad, ¿ pero qué verdad?
- ¡ Hola, soy Jack ! No sé si te acordarás que hace algún tiempo nos vimos con Marta. Yo había venido a un sym. . .
- ¡ Oh si ! ya te recuerdo
- Me encanta charlar contigo, pero. . . ¿ podrías avisar a Ingrid que estoy aquí, y deseo conocerla ?
- Verás. . .- no sabía cómo empezar a justificarse y se mostraba nerviosa- yo soy Ingrid - dijo a bocajarro
- Pero. . . si estabas con Marta aquel día ¿ por qué no te diste a conocer? no lo entiendo, o mejor si. . . Creo que mi visita no ha sido oportuna. Desde hace tiempo me figuraba que no te caia bien. No hace falta más explicaciones, lo siento. Creo que ahora es mejor que me vaya A pesar de todo, ya te he podido conocer y, eres muy guapa. Adiós Ingrid. Te aseguro que no te molestaré más; no te culpo, dijiste muchas veces que no te gustaban las redes sociales. Bueno. . . adiós
Ingrid |
Jack |
Y dando media vuelta llamó al escensor, dejando a Ingrid sin pronunciar palabra. Sentía vergüenza por su proceder y por lo que el chico pudiera pensar. Nerviosa cerró la puerta y cuando llegó Marta, le contó lo ocurrido recibiendo la amonestación de su amiga - " Ya te lo avisé, te lo dije. Has quedado como una boba. Te lo mereces"- Ingrid no dijo ni palabra por los reproches de su amiga, sabía que tenía razón.
Marta había salido rumbo a Italia e Ingrid quedó con sus otras amigas Carmita y Susana para ir al cine. Se sentaron en una terraza en la Gran Vía, pues hacía una hermosa tarde de primavera. Ingrid comenzó a relatar a las chicas el incidente con Jack de cuando se conocieron y el problema surgido con su repentina visita. Las amigas la escuchaban estupefactas, porque tampoco entendieron la actitud de Ingrid. A sus espaldas había un hombre enfrascado en la lectura de un periódico que de vez en cuando daba sorbos a la taza de café que tenía delante.
Terraza en Gran Via de Madrid |
Una vez les hubo explicado el percance, Ingrid trataba de justificar su actitud
- Vosotras sabéis el problema de mis padres, nunca acepté su separación aunque ellos sean felices por separado, pero ¿ y yo ? ¿ quién me resarce del trauma que me crearon? Me es imposible entablar una relación, con nadie. Por eso nunca me enamoraré, ni me casaré, ni tendré pareja, y por supuesto nunca tendré hijos. Los matrimonios, pasado un tiempo, se convierten en rutina y el amor se pierde. Entonces surgen los problemas, y cuando hay hijos, ellos son los que pagan, los más inocentes. Por eso no me voy a complicar con nadie, absolutamente con nadie. Y eso que Jack parece buen muchacho y es muy atractivo. Pero no, ni hablar.
Las amigas trataron de convencerla que eso era una tontería - " lo que ocurre es que el amor no ha llamado a tu puerta. Cuando lo haga, no mirarás nada. Fijate en Marta, a punto de casarse"-, pero Ingrid con la cabeza baja, las escuchaba, pero no estaba conforme con su criterio. Las tres hablaban lo suficientemente alto, como para que el vecino del periódico escuchase su conversación
Su amiga Carmita |
Su amiga Susana |
Ingrid llegó tarde a su casa aquella noche. A la salida del cine pasearon por la Gran Vía que como siempre estaba llena de gente, principalmente turistas dispuestos a seguir las procesiones de la capital. Se sentó en el salón y mentalmente repasó la visita que Jack había hecho por la mañana. Sin saber por qué, se sentía incómoda con su actitud.
- Es un chico formal, educado y encantador. No me he comportado bien debido a mis absurdos prejuicios y, creo que las chicas tienen razón, es porque nunca me he enamorado y si Dios me ayuda, nunca lo haré
Pero es bien sabido que hay un refrán que dice : " el hombre propone y Dios dispone". Y Dios dispuso que se conocieran más ampliamente. La costó conciliar el sueño y por contra , se despertó temprano. No tenía planes para ese día; quizás llamara a sus amigas ó más bien se quedaría en casa. Hacía unos meses que por fin se había comprado el ordenador, así que buscaría en Internet, algo con lo que pasar el tiempo.
Con ropa cómoda se dispuso a entrar en Internet mientras desayunaba. Buscaba "cosas" al azar, más por curiosidad que por interés. Había transcurrido una hora aproximadamente, cuando oyó el timbre de la puerta. Con lentitud se levantó y fué abrir
- ¿ Quién será ?, es raro. No quedé ayer con las chicas y no espero a nadie. En fin, será alguien ofreciendo alguna enciclopedia
Abrió sin siquiera comprobar quién era la persona que llamaba, por eso se quedó sin saber qué decir cuando vió que al otro lado de la puerta aguardaba nuevamente Jack. Se recostó en ella dudando si debía abrirle
- ¿ Qué querrá ahora ? Ayer quedó muy claro todo...
- Abre Ingrid, por favor. Tengo que hablar contigo
Decidida franqueó la entrada a su visitante, nerviosa e inquieta. Todavía le duraba el sonrojo de su compòrtamiento del día anterior.
- ¿ Puedo pasar ?
-Si, claro. Perdona estoy tan extrañada de tu presencia aquí, que no me había dado cuenta. Pasa por favor y sígueme
Le condujo hacia la salita de la televisión, al tiempo que le ofrecía algo para tomar
- Un café si es posible - le dijo Jack
Ingrid se lo sirvió y dado que era aún temprano, le puso una bandejita con galletas y pastas por si quería acompañar el café con ellas
- Bien, pues tú dirás - le dijo a Jack
- Ayer estaba sentado en una cafetería de Gran Vía, y escuché una curiosa conversación que mantenían unas amigas. Una de ellas es hija de padres separados y por una especie de trauma que la produjo el divorcio , se niega a tener ninguna clase de relación con cualquier chico que se le acerque. Pienso que "eso" te suena ¿ no ?
- Pero. . . Yo no. . . te ví
- Lo sé y quiero que sepas que ahora comprendo todo lo que pasa entre nosotros. Pero has de saber que no pretendo una relación íntima, sino simplemente de amistad. ¿ Acaso tampoco quieres tener amigos masculinos? Porque eso me parecería una excentricidad tuya. A no ser que tengas miedo a tener una relación sentimental porque piensas que vas a perder tu independencia. Me agrada vuestra amistad, la de Marta y tuya, y no veo motivo por el que no podamos ser buenos amigos
- Tienes razón, pero lo pasé tan mal y estuve tan decepcionada que me costó mucho remontarlo. Por eso me juré a mi misma no tener relación con alguien que me produjera dolor.
- Bien, aclarado todo el problema ¿ qué piensas de ser amigos ? Con el mar de por medio e Internet, no creo se dé la circunstancia de tener otra cosas que no sea una simple charla entre amigos.
- Estoy de acuerdo y te agradezco tu comprensión, porque estoy muy avergonzada de mi comportamiento. Quiero que sepas que normalmente no soy así; me agrada el trato con la gente y soy bastante agradable, pero siempre pongo una barrera para que no me hagan daño.
- Muy bien. Todo olvidado ¿ de acuerdo ?
- Y, además de querer conocerme ¿ qué haces aquí?
- Ver la Semana Santa, si es que puedo. Sentía curiosidad por conocerla. He estado en España varias veces, pero durante el verano, en Ibiza
- ¡ No me digas que eres un chico de esos !
-¿ Qué chicos ?
- España igual a sol, alcohol y sexo. Esos chicos. La mayoría ingleses, llegan a nuestra costa para eso, para emborracharse hasta caer rendidos
Discoteca en Ibiza |
- Nooo-dijo Jack riendo -, bueno hace muchos años, cuando empecé la carrera, si fuí uno de ellos. Pero duró poco; soy muy formal. Ahora tenía un motivo para venir y conocer las procesiones o alguna otra ciudad cercana a la capital, ya que sólo tengo hasta el domingo en que regresaré a Inglaterra
- Si lo deseas yo puedo ser tu guía turística. Las procesiones son al atardecer y si quieres conocer alguna ciudad cercana a Madrid, podemos salir por la mañana temprano y estar de regreso para ver los pasos
- ¿ Los pasos?
- Si, se llaman pasos. Es donde van las imágenes. Yo nunca voy a verlas, quizás porque las tengo a mano y puedo hacerlo siempre que quiera. Pero, nunca las he visto, así que me vendrá bien acompañarte.
Comenzaron una charla amena en la que estaban relajados, simplemente contaban anécdotas, ella de sus amigas, él de sus andanzas ibicencas. Reian y poco a poco notaban como estaban a gusto, simplemente charlando. Era la hora del almuerzo y Jack propuso a Ingrid, acudir a algún restaurante y seguir con sus charlas. Ella aceptó encantada. Se había esfumado la violencia del principio.
Arco de Cuchilleros (Madrid de los Austrias. Judería de Madrid) |
Jack insinuó le encantaría comida típica española, Ingrid aceptó y acudieron a un restaurante típico madrileño, al pié del Arco de Cuchilleros, en la judería de Madrid: Casa Botín. Allí degustaron un cochinillo asado, que a Jack le pareció néctar de dioses; nunca había comido nada igual. Al chico se le veía feliz y encantado con la compañía. De vez en cuando y cuando ella estaba distraida, él miraba su rostro: le encantaba Ingrid. Tenía el presentimiento de que iban a tener una buena amistad.
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