COMO TE QUISE TE QUIERO- Capítulo 4º / La Boda (1996celta)
Alberto
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Al principio, fué sólo una invitación rutinaria, pero poco a poco las invitaciones fueron más habituales, de modo que todos los días que no tenían guardia, Alberto acompañaba a Almudena hasta su casa. Ella, aunque amable, era distante, no terminaba de derribar una invisible muralla que impedía que tuviera más confianza. Seguían siendo unas salidas de compañeros, por más que ella notaba que Alberto quería ser algo más. No estaba preparada aún para comenzar otra relación que no fuera de mera amistad. Aún tenía presente en su vida a Luis, al que no terminaba de olvidar.
Al finalizar la jornada del viernes, Alberto preguntó a Almudena por los planes que tenía para el fin de semana. No tenían guardia ninguno de los dos
-¿Qué vas hacer mañana?- dijo Alberto
-Pues creo que iré al cine. Tengo que llamar a mis amigas. La verdad es que no sé. Mis padres creo que quieren ir a Toledo con unos amigos, pero a mi no me apetece ir con ellos, así que igual me quedo en casa.
-Entonces...- él se quedó dudando si debería formular la pregunta que la iba a hacer. - ¿Por qué no vienes a comer a mi casa con mi madre y mi abuela? Les he hablado tanto de ti, que están locas por conocerte
-No sé, me da un poco de corte
-Somos compañeros, no tiene nada de particular. Algunas veces van mis amigos de promoción..., no pasa nada
Almudena giró la cabeza para mirar a Alberto. Ella sabía que lo que quería era que la conociera su familia y, eso la irritaba un poco. No quería ser su novia, no quería tener ninguna relación que no fuera la profesional. Detuvo la mirada en el rostro del muchacho , y la mirada sincera y su sonrisa de complicidad, la decidió
-De acuerdo iré, es muy amable por tu parte invitarme, pero te aseguro que me las apaño muy bien para hacerme la comida, aunque esté sola
-Ya lo sé mujer, no es por eso, es por... salir simplemente. Después de comer podríamos ir al cine o quizá a alguna sala de fiestas a bailar. Pasapoga estaría bien, por ejemplo
-¡¡¡ Pasapoga !!! nada menos. ¡ Vaya nivel !
-No creas, he estado ahorrando para cuando se presentara la ocasión. Gano un buen sueldo en el hospital y en la consulta de tu padre, así que ahorro para comprarme un 6oo
-¿ Te vas a comprar un coche? Pues ya lo puedes ir solicitando, creo que tardan hasta un año en concederlo
-Ya lo sé, pero no tengo prisa
-Alberto,¿ puedo preguntarte algo?
-Claro,por supuesto que si
-¿Tienes novia?
-No, aún no, aunque si me gusta una chica. Me gusta mucho... muchísimo
Lo repitió mirándola de frente. Estaba loco por ella, pero no se atrevía a decírselo por temor a ser rechazado.
-Pero si no se lo dices, nunca lo sabrás- le replicó Almudena
Ella sabía de sobra que la muchacha a quién se refería era ella misma, pero quería hacerse" la tonta". Disfrutaba con el juego al verle pasar el mal trago que estaba pasando. No le quería, no estaba enamorada, pero de alguna manera deseaba hacerle sufrir. Luego se arrepentía de ser tan cruel con él, tan caballeroso, educado y cortés.
-Hum, es guapo y respetuoso, pero no le quiero. No tiene carácter, es sumiso a mis caprichos y yo quiero un hombre que me domine, como era.... Luis
. Mientras pensaba ésto para sus adentros, reinó entre los dos un silencio espeso.
-¿Sabes Alberto? yo he tenido novio y ...lo hemos dejado, por eso algunas veces estoy de malhumor, porque todavía le sigo recordando, muy a mi pesar, pero no puedo evitarlo
-Lo comprendo. Si quieres hablar alguna vez de ello, siempre estaré dispuesto a escucharte.
- ¿Por qué eres tan buena persona ¿No comprendes que con esa forma de ser vas a sufrir mucho en esta vida ?
-Ja,ja, rió él. No te creas tengo mi genio, pero ¿cómo voy a sacarlo contigo si eres la persona más dulce que he conocido?
-¿Dulce? ¡Pero si casi ni te hablo!. Me hubiera gustado conocerte antes que a ... Mi carácter era distinto, a pesar de que me gustaba desde que empecé a ir al colegio. Algún día te contaré la historia.
-¿ Y por qué no esta noche?
-Alberto, voy a ser muy sincera contigo. Eres guapísimo, educado, galante, en fin eres todo cuanto una mujer busca en un hombre, pero no estoy enamorada de ti y sé que la chica a la que antes te has referido soy yo. Me duele tenerte que hablar de esta forma, tan cruda, pero no quiero hacerte sufrir, no quiero que tengas falsas esperanzas, porque nunca podré querer a otro hombre que no sea Luis.
-Luis,¿ así se llama?. No me importa, esperaré toda la vida si es necesario. Yo te quiero como no te imaginas y me conformo con que estés a mi lado, sólo con eso. Con poder verte y escucharte, sin nada a cambio
--Pero, no es justo. tienes un gran porvenir. Serás un médico acreditado, con buena posición social, y por mucho que ahora te parezca imposible, en un futuro encontrarás a una chica que sea digna de ti. Te enamorarás, te casarás y tendrás una familia maravillosa
-Posiblemente todo eso será cierto, pero es contigo con quién deseo formar mi familia. Tú eres la elegida y por tí es por lo que estoy ahorrando para comprar un piso y ofrecerte un hogar. Esperaré toda una vida si es necesario, no hay prisa, cuando tú digas siempre estaré ahí.
-¡ Dios mio, cómo se puede ser así ! ¿ Por qué tardaste tanto? ¿ Por qué no nos conocimos antes ? Te hubiera querido con toda mi alma, porque eres digno de ser amado, pero yo...
-Ya me amarás, quizá tardes un poco, pero lo conseguiré. ¿ Quieres ser mi novia ?
-Antes que nada he de contarte mi historia. No he hecho nada malo, no vayas a creer, pero opino que la sinceridad debe estar presente en la vida de la gente, y mucho más contigo. Te he dicho que no te amo, te quiero, simplemente, como a un compañero, pero no como novio. No quiero engañarte, y créeme que deseo con todas mis fuerzas corresponderte en el cariño que tú me profesas, pero no puedo. No sé si algún día podré arrancarle de mi vida...
-Si lo consigues allí estaré yo, esperándote
La beso con inmensa ternura, sin apenas rozar sus labios. Tenía miedo que ella rechazara su caricia, pero no lo hizo. Entornó los ojos, pero no recordó el primer beso en el cine Bilbao. ¿ Sería el camino para el olvido?
Su noviazgo duró más de dos años. Durante ese tiempo el amor por Almudena iba creciendo, sin embargo ella había crecido en aprecio hacia Alberto, pero distaba mucho de ser amor. Alberto derrochaba energía. Hacía todas las guardias que le ofrecían y en los días que tenía libres actuaba en alguna consulta nueva. Todo su afán era ahorrar pàra ofrecer a su novia un hogar confortable , con las comodidades máximas de aquella época.
Acordaron contraer matrimonio en primavera y en el mes de Mayo de 1978 se convirtieron en marido y mujer. Alberto estaba loco de alegría, mientras que Almudena disimulaba su incomodidad con el pretexto de los nervios. A la boda acudieron los padres de los respectivos esposos, Luisita y Paloma íntimas de Almudena y algunos compañeros de trabajo de los dos. Lo celebraron con una cena y un posterior baile.
En un momento en que los invitados estaban más descuidados, la pareja de novios salió de la sala sin que nadie les viera. Habían reservado habitación en el mismo hotel y al día siguiente saldrian en viaje de novios hacia Paris. Se habían sacrificado para poder ahorrar con el fin de realizar el viaje de sus sueños: una semana en París, en un buen hotel. A Alberto todo se le hacía poco para obsequiar a su amada.
Ella estaba muy cansada y nerviosa. Entraron en la habitación en silencio, en un silencio que podía cortarse.
-Mira, nos han puesto un cestito de fruta y una botella de champán. ¡ Qué amables !-dijo Alberto
Almudena sonrió levemente. No sabía qué hacer. Tenía ganas de salir corriendo, de perder de vista a su marido. Hasta creyó odiarle en esos momentos. Alberto fué hacia ella y la abrazó mientras la susurraba
-Ya eres mi esposa, se ha cumplido mi más deseado sueño.
La abrazó y la besó con fuerza, buscando una respuesta por parte de ella, pero Almudena, aunque no rechazaba las caricias, tampoco las correspondía. Al cabo de un rato, él descorchó la botella de champán y escanció dos copas. Mirándola a los ojos le acercó una e hizo un brindis. Chocaron las copas y Almudena bebió de una vez el dorado líquido
-Échame otra copa, tengo mucha sed.
Alberto se dió cuenta de que lo que quería Almudena era dilatar al máximo el momento de acostarse. No sabía cómo hacerla ver que aquellos nervios eran por parte de los dos, y normales en la primera noche de casados.
-Te dejo durante unos minutos. Arréglate tranquila. Voy fuera a fumar un cigarrillo.
Ella se sentó en el borde de la cama y los ojos se le llenaron de lágrimas
La disgustaba estar tan fria con el que ya era su espòso, pero no podía evitarlo. Tenía miedo del momento en que se convirtieran realmente en marido y mujer. Se imaginaba la situación y no podía, no podía hacerlo. La imagen de un Luis sonriendo se abria camino en su imaginación
-Nunca debí casarme, nunca debí darle esperanzas. Dios mio , qué es lo que he hecho...
No supo el rato que Alberto permaneció fuera del dormitorio, pero cuando entró ella continuaba con su traje de novia puesto y estaba en la misma posición sentada en la cama
Alberto se dió cuenta inmediatamente de la lucha interior que ella estaba debatiendo. Se sentó a su lado y pasando su brazo por el hombro de ella, le dió un beso en la frente.
-No te preocupes, mi amor, todo es muy sencillo. Bésame y déjate llevar, yo te cuido
-No, no, no lo comprendes. No puedo hacerlo, no te amo, eres un extraño para mí. No puedo, no puedo
Alberto no daba crédito a lo que escuchaba. Estaba lívido; el momento tanto tiempo esperado se había convertido en una tortura por el rechazo de su esposa. Se levantó lentamente y se quitó el chaqué que reemplazo por un traje normal. Sin mirar a Almudena que continuaba llorando, acomodó en los bolsillos de la chaqueta la cartera, miró si llevaba dinero y se dirigó a la puerta de la habitación. Allí se volvió y dirigiéndose a su esposa la dijo:
-Quédate tranquila. Voy a salir. No me esperes despierta.
Dió un portazo y salió al pasillo. No sabía hacia dónde encaminar sus pasos. El desprecio de su mujer le había herido grandemente. Entró en el ascensor y al llegar a Recepción, susurró al conserje algo en voz baja.
A continuación el conserje escribió una dirección en una tarjeta que entregó a Alberto, y lentamente se encaminó hacia la salida del hotel con la tarjeta en la mano. En la puerta, el conserje le preguntó si quería un taxi
-Si por favor
Al poco rato un coche se detenía frente a la puerta del hotel, abrió una de sus puertas y enseñando la tarjeta al chófer, partió rumbo a la dirección indicada. Pasaría su noche de bodas en un club de alterne. Necesitaba desahogar la inmensa pena y rabia que sentía en su interior.
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