Un viaje maravilloso - Séptima etapa - Jaén Olivarera

 


                                                                  Catedral



                                                   Sus murallas y sus pueblos



                                                                Murallas



                                                                   Sus calles



                                         Sus pueblos protegidos por las murallas



                           El mayor cultivo de aceite de oliva del mundo Y el de mejor calidad



                                                          Olivareros de Jaén ...


                                        Séptima y última etapa:  Jaén olivarero


Y enfilamos la séptima y última etapa de nuestro viaje descubriendo la región más grande de España, y por muchos motivos. En nuestras retinas nos llevamos toda la grandiosidad que hemos descubierto y disfrutado, por que sí, aunque supiéramos lo que poseían, una cosa es pensarlo y otra contemplarlo. Pasear por sus calles. Conocer sus monumentos retazos de historia. Compartir con sus gentes amables, sencillas y generosas. Grabar a fuego en nuestra mente todo lo vivido.

Será difícil disfrutar de nuevo de otro viaje tan instructivo como ha sido éste. Si, porque en este nos ha llegado al alma. Porque pisábamos un terreno nuestro. Conociendo y viviendo lo que aquella tierra, devota al máximo de la virgen María, tiene que aportar. Esa tierra que ama profundamente a nuestra tierra, a España y que nunca reniega de ella, habiendo sufrido mucho a lo largo de su historia, pero que nunca se les ha ocurrido renegar de ella. Es la tierra en la que nunca te sientes forastero; que te acoge y te sienta a su mesa para comer o simplemente tomar una manzanilla y un poco de jamón, como si fueras un pariente que llega desde lejos.

Esa forma de ser solamente la poseen quienes tienen grandeza de corazón, y a ellos, no les cabe en el pecho.

Jaén. La olivarera. Miles de olivos a lo largo y ancho de esa tierra. Ofrece la mejor calidad en sus aceitunas desde que se introdujo en Iberia por visitantes de lejanas tierras desconocidas que aquí se quedaron. Es su medio de vida y en ella trabajan jornaleros de la tierra y foráneos, porque todo lo que te alcanza la vista es verde, frondoso, apretado de oro líquido, demandado por todos nosotros y de afuera. Es el más puro, el más saludable, sin artificios, sólo moliendo las aceitunas en los lugares para ello.

Pero Jaén es algo más que aceite y olivas. Tiene su historia anclada en sus propias entrañas de la que se siente orgullosa, aunque en la vida tan materialista que tenemos, prive el aceite antes que su catedral, sus calles estrechas mitad andaluzas, pero también con influencia castellana, puesto que es limítrofe con esa región. Como toda España es una amalgama de diversas culturas venidas de lejos pero que decidieron acoplarse con nosotros, dejándonos su impronta y su forma de vida. Y ha llegado hasta nuestros días para gloria y disfrute de paisanos y foráneos.

Tierra guerrera y bravía como lo es toda España, en todos sus puntos cardinales, sin olvidar a las islas que también lo son.

Bailén, esa población importante, paso desde la llana Castilla hasta entrar en el Andalusí, cruce de caminos en que se dividen las carreteras para uno y otro lugar, es reseñable por otro motivo muy alejado del jolgorio de las vacaciones. En el año de 1808, fuimos invadidos, sibilinamente, por el ejército más poderoso en Europa en aquél entonces. Bebiendo buen vino jerezano y valdepeñero, la soldadesca se creyó amo y señor de aquellos desarrapados campesinos que no sabían leer ni escribir, pero que a bravos y valientes no les ganaba nadie.

Francisco Javier Castaños, general y noble, se puso al frente de sus tropas en menor número que los franceses, pero también los paisanos se sumaron a ellos con los medios que tenían que serían palos y tridentes de madera en su inmensa mayoría. Aún así y con muchos heridos y muertos entre los nuestros y los de ellos, salieron poniendo pies en polvorosa y fue José Bonaparte que se había auto proclamado rey de España, quién dijo a su hermano Napoleón que los españoles estaban resultando un hueso duro de roer y que sería mejor poner pies en polvorosa. Y ahí, justamente en Bailen, fue donde comenzó su declive.

Ese sólo hecho, sería suficiente para hacer a Jaén importante, pero es que hay más. Hicimos un pequeño recorrido por la ciudad admirando su riqueza arquitectónica y decidimos que haríamos noche, en el mismo parador de nuestra llegada.

Al día siguiente tomaríamos de nuevo el regreso a Madrid, pero antes volveríamos a parar en Aranjuez. Esta ciudad tiene un especial significado para mí. Volvimos a comer en el mismo restaurante y el mismo menú. Era apurar al máximo lo vivido en siete intensos días antes de recuperar la vida diaria y monótona. Será recordado durante mucho tiempo. Pienso que a lo largo de mi vida. Gracias por ese magnífico regalo, maravilloso que me hiciste.

 

#1996rosafermu

Madrid, junio 2, 2022

DERECHOS DE AUTOR RESERVADOS / COPYRIGHT











Comentarios

Entradas populares