REGRESO A SEFARAD - Capítulo 2º / Cita para cenar
Eligió su mejor vestido ante la mirada atenta de sus amigas, acompañada por las bromas y las risas de complicidad de las chicas
-¡ Vaya con la niña ! - dijo Lucía a sus amigas - Resulta que debía ser mi despedida de soltera, y no el ligue de Macarena. Ja, ja, ja
- No seas tonta. Es simplemente una cita de amigos
- Si, si. Pero tú estás eligiendo la ropa como si fuera una conquista. Y mirado bien, el chico lo merece - recalcó Asun
- Estás muy guapa. Te va muy bien ese vestido. Déjate el pelo suelto, te favorece- apostilló Lucía
Se miró por ultimo en el espejo mientras se perfumaba y, satisfecha, cogió su bolso y salió de la habitación bajo las bromas de todas ellas. En el vestíbulo del hotel la aguardaba Aaron, que sonrió satisfecho al verla
- Voy a tener la más guapa compañera de mesa de todos los tiempos- dijo mientras la daba un beso en la mejilla- ¡ ah ! y la que mejor huele
-Aaron, eres increíble. Me vas a ruborizar
- Es cierto, esta noche estás más guapa
- No creo. Será el ambiente, la magia del lugar, los olores, todo
- Bueno ¿ nos vamos? - dijo él
-Cuando quieras
Y charlando animadamente se dirigieron al lugar en el que Aaron había reservado mesa. Era un restaurante típico marroquí. Una suave música local les recibió a la entrada. Parecía un cuento de Las Mil y una Noches. El olor dulzón a Dama de Noche, la luz tenue, y la noche suave, hacían un marco incomparable
-Sabes elegir el lugar - comentó Macarena - Ideal para seducir
- ¡ Yo no voy a seducirte !
- Ya lo sé, era una broma, pero el lugar es precioso. Gracias, es todo muy agradable
Se acomodaron en una mesa y degustaron un té que les ofrecieron mientras elegían la comida. Macarena teniendo en cuenta el lugar dónde se encontraban y las creencias de su acompañante, tuvo especial cuidado en elegir algo que no molestase. Para beber pidió agua. " De esta forma no me equivoco. No sé si los judíos toman vino"- pensó
- ¿ No bebes vino? - preguntó Aaron
- Si. No soy buena bebedora, no entiendo ni de añadas ni de cosechas, pero me agrada un buen vino
- ¿ Entonces ? Por favor traíganos un Rioja ¿ tienen?
- Por supuesto señor. No olvide que nos visitan muchos vecinos españoles- dijo amable el camarero
- Vosotros ¿ bebéis vino?
- Yo sí. No somos tan estrictos como nos imaginas. Los hay muy, muy estrictos, pero los jóvenes tenemos las mentes más abiertas. Quizás porque viajamos más, estudiamos fuera, y somos poco religiosos. Yo soy poco religioso; no debes pensar que todos somos así, pero al menos yo, si
- Me gustaría saber más de vuestras cosas, conoceros mejor. Se derribarían muchos tópicos
El camarero procedió a instalar en una mesa supletoria los platos que habían pedido, todos típicos, apetitosos y muy abundantes
- No podré comer tanto - dijo ella ante la exposición de comida
- Yo tampoco, pero probaremos de todo ¿ te parece?
- Menos mal. Me sentiría violenta si ocurriese lo contrario. Como relativamente poco. Por mi trabajo me veo obligada a almorzar con los turistas y tendrías que ver lo que piden . Por ejemplo es muy típico, sobretodo los japoneses, para cenar pedir paella. Nunca piden cocido y es un plato de lo más suculento que hay, pero es fuerte. Es comida para estómagos grandes. Sólo comen asados, por supuesto paella, marisco y poca cosa más. España puede presumir de cocina; en cada región hay una comida típica deliciosa, pero no se aventuran
La miraba fijamente y la dejaba hablar. Tenía una conversación amable y divertida. Cada vez le agradaba más esta chica. La había juzgado equivocadamente durante el viaje. Es extrovertida y con don de gentes, sin duda debido a su profesión.
Cuando terminaron de cenar, buscaron una discoteca en donde bailar durante un rato y poder seguir charlando. Macarena no se atrevía a preguntarle nada de su vida, en eso era hermético. Sin embargo la curiosidad que sentía era fuerte.
Bailaron durante un buen rato. Unieron sus caras y en silencio se dejaban llevar por la música romántica. Ella notaba la presión de la mano de él, en su cintura y sentía la calidez de su mejilla en la de ella. Se sentía a gusto sin saber muy bien a dónde la llevarían aquellas aptitudes; entornaba los ojos, era romántica y el ambiente era ideal para dejar volar la imaginación. De repente, al terminar un bolero, la música se volvió estridente y desapareció toda la magia que hasta entonces habían sentido
- ¿ Quieres seguir bailando? - la preguntó él mientras las parejas a su alrededor se movían alocadas levantando los brazos
- No, esto no es lo mío- dijo sonriéndole algo sofocada
- Sentémonos entonces
Sentados de nuevo en su mesa, Aaron pidió otra copa. Hacía calor, o al menos ellos lo sentían. Macarena se atrevió a preguntarle:
- Yo te he contado todo de mi, ¿ y tú ?- dijo ella
- No quiero hablar de eso, perdóname
Ella comprendió que había tocado un terreno prohibido, y no dijo nada. Cambió de conversación mientras tomaba un sorbo de su copa. Él la miraba mientras hacía lo mismo, pero su rictus había cambiado. De tener el rostro relajado mientras bailaban, se tornó duro y serio a su pregunta. Entonces se vio obligada a justificarse
- Perdóname, por favor. No quise molestarte, simplemente creí que había llegado el momento de conocernos mejor. Sin duda ha sido un error y te pido disculpas
- No. No te justifiques; es normal que quieras saber algo de mi vida después de haberme contado la tuya, pero... quizás si seguimos nuestra amistad te lo comente.
- Por supuesto, lo entiendo. No te preocupes y lo siento de verdad. A veces soy demasiado ...
-¿ Curiosa ?
- No exactamente, sino que busco la cercanía. Entiéndeme bien, mejor dicho la comunicación. Pienso que hoy día no existe entre los seres humanos y por eso somos recelosos los unos con los otros. En fin, cambiemos de conversación.
Pero de repente se habían quedado en blanco, no sabían de qué hablar. Volvieron la mirada al frente y miraban a la gente cómo derrochaban energías con los bailes que ahora eran separados el uno de la otra.
Al cabo de un rato decidieron que era hora de volver al hotel
- Lo he estropeado todo - pensó Macarena mientras se dirigían a la salida
- Hace una noche preciosa y aún es temprano. ¿ Quieres que demos una vuelta por la playa?
- Una excelente idea, me parece estupendo- dijo eufórica como para compensar la violencia del momento
Caminaban uno junto al otro por la playa a la que llegaban algunas ráfagas de mar, suaves y cálidas aguas. Ella decidió descalzarse para caminar mejor
- Con los tacones no puedo andar por la arena
- Seguiré tu ejemplo. Es reconfortante sentir el agua como rompe en tus tobillos ¿ no te parece?
Con los zapatos en una mano, caminaban mirando al frente y al cielo tachonado de brillantes estrellas. Sus manos libres se rozaban sutilmente, y Aaron tomó su mano. Ella no la apartó; de nuevo sentía la calidez de la piel de él y una sensación extraña la subió desde el estómago hasta la garganta.
- ¡ Qué noche más hermosa ! - dijo levantando su mirada hacia el cielo- Hacía tiempo que no veía tantas estrellas- comentó ella
Él se paró en seco y pasando la mano libre por la nuca de ella, la atrajo hacía sí besándola largamente. Ella entornó los ojos sin decir nada, sólo reclinó su cabeza sobre el hombro de él que acariciaba su cabello. Ninguno de los dos sabría decir el tiempo que permanecieron así, hasta que ella dijo:
- Creo que debemos dar por finalizada la velada. Por el horizonte apuntan las primeras luces del día
- ¿ Nos vemos luego?-dijo él
- No sé, Aaron, no sé
- ¿ Por qué no sabes, qué no sabes? ¿ Te refieres por habernos besado? Sólo ha sido un beso !!!
- Tienes razón, sólo ha sido un beso. De acuerdo nos veremos en la piscina y tomaremos el aperitivo ¿ te parece?
- Fenomenal, allí estaré
- No madrugues mucho. Me acostaré cuando lleguemos y sabe Dios cuando me despierte. Por si acaso llámame por el teléfono interior, si estoy dormida me despertaré
Al llegar a la planta de Macarena, él la acompañó hasta que ella entró en su habitación y la besó en la mejilla
- Que duermas bien, hasta luego
- Igualmente, hasta luego
Ella entró en la habitación y él se quedó mirando la puerta pensativo. Ya en el ascensor repasaba mentalmente lo ocurrido en la playa. ´Le había gustado besarla, pero al tiempo se frotaba la frente como desechando aquella visión, y repetía: " No, no "
No sonó el teléfono en la habitación de Macarena que sobresaltada por algún ruido se despertó bruscamente mirando al reloj que tenía en la mesilla
- ¡ Oh, no ! Es la una ! Seguro que él también se ha dormido
Rápidamente se dio una ligera ducha. Bajó hasta la piscina y miró buscándole, pero no estaba. En una hamaca tumbada estaba su hermana, pero la era violento preguntarla por Aaron. No estaban ni el padre ni la madre. Aguardó sentada en una hamaca cercana a la de Sarah, pensó " así si viene le veré ". Pero nadie se presentó ni los padres ni él. Ya estaba dispuesta a darse un baño, cuando la hermana giró la cabeza y entonces la vió
-¿ Eres Macarena ?
- Si
- Tengo que entregarte una carta que me ha dado mi hermano. A propósito soy Sarah, la hermana de Aaron
- Mucho gusto. ¿ No está? Habíamos quedado en vernos aquí, sin duda se habrá dormido; nos acostamos muy tarde
- No, ha tenido que salir de viaje urgentemente. Me ha dado esto para ti. Me ha gustado conocerte. Nos veremos por aquí. Hasta luego
- Gracias Sarah, me encantará tomar algo contigo. Nos vemos cuando quieras.
Alargó la mano para recoger el sobre blanco que la muchacha la entregaba, y la sensación que tuvo no la agradó. Rasgó el sobre y procedió a leer la misiva que el muchacho le había escrito:
" Mi querida romántica, lamento no poder cumplir la cita que ¿ esta mañana? establecimos. Por motivos ajenos a mi voluntad, he tenido que partir urgentemente para mi país. Seguro que volveremos a vernos, aunque no sé cuando ni dónde. Cuídate. Aaron"
Ella dobló la carta cuidadosamente y miró en la dirección en donde estaba Sarah, que se disponía a entrar en el interior del hotel. Mostrando la carta en su mano, la dijo adiós con ella, indicándola que la había leído. Se sintió defraudada, aunque no juzgó nada ya que desconocía cuáles pudieran ser los motivos que le hicieran retornar tan precipitadamente.
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